Los últimos años los expertos en el clima nos vienen advirtiendo de que las largas épocas de calor y sequía van a ser cada vez más frecuentes (aunque con estos recientes días lluviosos, aquello nos parezca lejano). Naturalmente, eso también influye en la jardinería. Pero no es motivo para renunciar al color de las plantas o árboles y arbustos en el balcón o el jardín. Puedes elegir las plantas y flores más resistentes al calor y la sequía, ya que no solo te ahorrarás frustraciones, sino también una buena cantidad de trabajo en verano. Por eso, de la mano de los expertos de COMPO, te presentamos las plantas que prosperan a sus anchas en lugares secos y soleados. ¿No tienes sombra? ¡No hay problema! Muchos arbustos, flores y herbáceas son resistentes al calor y la sequía y prosperan incluso en el calor de la orientación sur.
Estas son las top 10 resistentes a la sequía
1. NATURAL: Aciano
Con sus flores de un azul luminoso, el aciano es un foco de atención en el jardín. Originalmente, el aciano crece entre los cultivos y, por eso, se puede observar a menudo en los márgenes de los campos de cereal. Sus flores se abren de mayo a septiembre, y representan una importante fuente de alimento para abejas y otros insectos. Esta flor silvestre anual es un elemento protagonista en las praderas, mezclada con otras flores resistentes a la sequía, como la potentilla, la margarita o la amapola. Esta planta de flor, de muy fácil cuidado, no requiere demasiado abono y, además, es particularmente resistente al calor y la sequedad. Comienza a florecer al finalizar los largos periodos de sequía, con el fin de ahorrar recursos, y es entonces cuando conviene aportar riegos adicionales.
2. CLÁSICA: Lavanda
¿Qué sería del jardín mediterráneo sin el relajante aroma de la lavanda? Este popular arbusto procedente de la Provenza, también es muy apreciado en nuestros jardines, plantado en maceta, en parterres o en jardineras en el balcón. Las flores de la lavanda son un auténtico imán para mariposas, abejas y otros insectos. Por su origen mediterráneo, podemos deducir que esta aromática es una auténtica trabajadora bajo el sol. En ubicaciones secas y cálidas es donde la lavanda se siente como en casa, y resiste el calor y la sequía sin problemas. Gracias a sus largas raíces leñosas, el arbusto puede obtener la humedad de capas profundas del suelo. La lavanda, de fácil cuidado, no necesita mucha atención en materia de riegos y fertilizantes si se planta en el suelo. Todo lo contrario: hay que regarla con precaución, porque esta aromática es muy sensible al encharcamiento. Únicamente necesita humedad constante inmediatamente después de plantarla. Si has optado por una lavanda en maceta, sí es imprescindible regarla regularmente, porque ahí dispone de una cantidad limitada de agua.
3. MEDITERRÁNEO: Romero
Otro clásico de la cocina mediterránea que no nos debe faltar es el romero. Sus hojas en forma de aguja no solo desprenden un aroma delicioso; además, se pueden consumir tanto frescas como secas. Un dato menos conocido es que el romero nos regala, en primavera, preciosas flores azules, blancas o rosas. Por otro lado, esta belleza del Mediterráneo también es particularmente rústica en su demanda de agua y nutrientes. Disfruta de las ubicaciones cálidas, a pleno sol, preferentemente protegidas del viento. Esta planta vivaz combina a la perfección con otras hierbas amantes de la sequedad, como la lavanda, la salvia o el orégano, pero también se puede plantar sola en una maceta o jardinera. Así podrás llevar al interior a este arbusto sensible al frío para pasar el invierno. En regiones templadas, el romero se puede plantar sin problemas en el exterior, siempre que se proteja adecuadamente en invierno.
4. IMPRESIONANTE: Verbasco
El verbasco impresiona con sus dos metros de altura. Gracias a sus espectaculares varas florales, que van del blanco al violeta, pasando por el amarillo y que se abren de mayo a agosto, el verbasco destaca especialmente en cualquier parterre. Este arbusto bienal procede de las laderas de las montañas y crece entre rocas. Por eso, prefiere los suelos arenosos y rocosos y se adapta óptimamente a una ubicación cálida a pleno sol. Las suaves hojas vellosas de este arbusto ornamental están perfectamente protegidas contra la evaporación, y sus largas raíces leñosas alcanzan el agua de las capas más profundas del suelo. El frugal verbasco también crece sin problemas en ambientes secos, aunque en largos periodos de calor puede necesitar riegos adicionales para florecer. Esta planta es ideal para rocallas. De todos modos, recomendamos combinarla únicamente con plantas que tengan las mismas necesidades, como las hierbas ornamentales, la lavanda o la hierba gatera.
5. AROMÁTICA: Hierba gatera
El intenso aroma de la hierba gatera no solo nos fascina a nosotros, sino también a nuestros amigos peludos, que sienten cierta atracción por este arbusto, a los que debe su nombre. Además, esta aromática seduce por su fácil cuidado, frugalidad y una floración que atrae a los insectos. Las principales variedades de hierba gatera, particularmente las de follaje grisáceo, como «Superba» o «Grog» se sienten como en casa en los ambientes secos, por lo que deberás plantarlas en un lugar soleado y austero, por ejemplo en la rocalla o en una zona de pradera. Esta planta resistente al frío puede alcanzar una altura de entre 20 y 150 centímetros y destaca en el jardín durante todo el año. Si has plantado la hierba gatera en una maceta, será preferible llevarla a un lugar luminoso en el interior para pasar el invierno.
6. SENCILLA: Sedum
Con sequedad, calor o falta de nutrientes, el resistente Sedum es un auténtico artista de la supervivencia en el mundo vegetal e, incluso en condiciones adversas, de julio a octubre nos regala la exuberancia de sus preciosas flores. Si se planta en parterre, solo necesitará riego en caso de sequía prolongada, porque sus hojas carnosas, típicas de las plantas suculentas, almacenan agua. El sedum, originario de montañas, estepas o dunas, es idóneo para cubrir muros en seco, rocallas y jardines de grava o para plantación en macetas, para balcones y terrazas: tanto los ejemplares de porte alto como en las variedades spectabilis o telephium, que alcanzan entre 50 y 70 cm de altura, serán el centro de todas las miradas. Las variedades de porte pequeño, por su parte, son idóneas como tapizantes en el parterre.
7. COLORIDO: Antirrhinum
Oriundo del área mediterránea y del oeste de Norteamérica, el Antirrhinum silvestre crece sobre rocas y muros, lo que ya nos indica que prefiere los lugares secos. Esta flor anual de verano se siente particularmente bien en una ubicación cálida y soleada. Gracias a su denso sistema radicular, logra abastecerse de agua incluso en caso de sequía breve, aunque crece mejor con riegos regulares. Para regalarnos sus bellas flores de color pastel de junio a septiembre, esta planta decorativa no solo necesita mucho sol, sino también suficientes nutrientes. El colorido Antirrhinum destaca especialmente en un parterre multicolor con arbustos y flores de verano anuales.
8. FLORACIÓN ABUNDANTE: Coreopsis
La esencia del verano y el sol: es lo que irradia la coreopsis, procedente de América del Norte y del Sur. Estas flores amarillas aportan alegría al jardín de junio a agosto. Gracias a la hibridación, existen otras variedades de distintos colores, que van del rojo al blanco, pasando por el rosa. La más conocida es la coreopsis de flores grandes, que suele alcanzar una altura de entre 48 y 80 centímetros. Las variedades sencillas son muy apreciadas por los insectos. Pero todas las variedades de coreopsis tienen algo en común: ¡les encanta estar a pleno sol! Por eso, también aguantan bien la sequía.
9. DECORATIVA: Salvia rusa
También conocida como perovskia plateada o salvia yangii, la Perovskia atriplicifolia es un precioso subarbusto que llamará la atención en tu jardín. Originaria de las áreas esteparias de Asia, adornará cualquier parterre con sus bellas flores de un azul violáceo que se abren de agosto a septiembre. Su origen lo dice todo: la salvia rusa, de fácil cuidado, está perfectamente adaptada a las ubicaciones secas a pleno sol y prefiere las rocallas y los jardines esteparios. Esta planta que alcanza un metro de altura combina especialmente bien con otras especies amantes de la sequedad, como la lavanda, la hierba gatera o la salvia.
10. SALUDABLE: Equinácea
Con sus grandes flores abovedadas, la Echinacea purpurea aporta alegría al jardín. Originalmente de color violeta, las flores de la Echinacea purpurea se pueden encontrar hoy en muchos otros colores, desde el blanco hasta un amarillo brillante. Esta planta perenne de la familia de las asteráceas no solo llama la atención visualmente, sino que es una conocida planta medicinal. Así, por ejemplo, los nativos norteamericanos ya usaban la Echinacea purpurea por su acción presuntamente antiséptica y fortalecedora del sistema inmunitario. Esta planta de flor es una candidata ideal para lugares secos y soleados porque, gracias a su raíz larga, logra obtener agua incluso en los meses más secos.