Conoce los males comunes que pueden estar afectando a tus plantas y ponles remedio. Y recuerda que muchos errores son provocados más que por lo que se hace sin saber, por lo que no se hace en su momento. Por eso, a cada uno de esos problemas frecuentes, damos soluciones eficaces, que darán vida a tu jardín.
1. PLANTAS QUE NO CRECEN. Cámbialas de sitio
Antes de plantar, conoce las necesidades de cada ejemplar comprado: suelo, exposición, clima… Evita especies muy exóticas y vigila el drenaje o permeabilidad del suelo ya que, por ejemplo, el suelo fresco del Atlántico permite rododendros, azaleas y hortensias, pero si está expuesto al calor, deberías optar por mediterráneas, como jaras, retamas o coronillas.
2. LA TIERRA ESTÁ ENCHARCADA. Modera el riego
Las plantas no deben pasar sed, pero tampoco pueden estar en encharcadas, ya que sus raíces se pudren y acaban muriendo. Por eso, una de las soluciones para cuando hay exceso de agua es regar en cuanto la tierra presente un color pálido o se separe de las paredes del tiesto. Ten en cuenta también que los ejemplares que estén en una exposición de pleno sol requerirán más agua.
3. HOJAS QUEMADAS EN LAS PLANTAS DE INTERIOR. Aléjalas de los rayos del sol
Una de las claves para que las plantas de casa duren mucho es la luz. Sitúalas cerca de la ventana, sin que les dé el sol de lleno, que puede quemar sus hojas y flores. Plantas como begonia, anturio, ciclamen, azalea o clivia no soportan los rayos del sol directos. Además, ten en cuenta que estas plantas tampoco resistirán en una habitación con excesivo calor. Riega sobre el sustrato y recuerda no mojar nunca las flores ni el follaje.
4. NO FLORECEN. Poda cuando toque
No vale cualquier época para podar. Los arbustos que florecen en verano y otoño, como budleya o adelfa, admiten una poda en primavera para fortalecer los vástagos. Sin embargo, los de primavera (fositia, lilo…) no pueden hasta el final de la floración; así la madera nueva crecerá y se llenará de flores al año siguiente.
5. DUDAS A LA HORA DE SEGAR. Hazlo a menudo
En verano corta el césped cada semana. Aunque el desarrollo sea escaso, si lo dejas crecer más de la cuenta, disminuirá su resistencia al pisoteo y se debilitará la base de los tallos. Hazlo por líneas, a una altura entre 1,5 y 2,5 cm. O cuenta con un robot cortacésped; sin duda la manera más cómoda de mantener siempre el corte del césped perfecto. En otoño e invierno, con un recorte una vez al mes será suficiente. Estas soluciones mantendrán tu hierba a raya.
6. LAS MALAS HIERBAS LO INVADEN TODO. Contrólalas en primavera
Aparecen en cualquier lugar y época, y son el césped, el huerto y la rocalla las zonas más sensibles. Para mantenerlas a raya practica una escarda meticulosa durante la preparación del terreno. Si la aparición es masiva, recurre a tratamientos herbicidas, que se aplican con productos de contacto en primavera, como Herbicida Total Natural AL, de Solabiol.
7. LAS FLORES ESTÁN MARCHITAS. Elimínalas enseguida
En cuanto veas flores marchitas y secas en tus plantas, quítalas. Es más importante de lo que crees para su salud, ya que son una fuente de propagación de enfermedades, pero, además, con ello alentará su crecimiento y la siguiente floración. Algunas aromáticas como la lavanda, el romero, la santolina y la salvia, ven como sus espigas florales se secan y se lignifican. En este caso requieren una poda para que puedan brotar con fuerza en primavera.
8. PLANTAS QUEMADAS. Aplica menos cantidad de abono
No te quedes corto ni te excedas con el abono. En todo caso, el jardín asume mejor la falta de nutrientes que el exceso. Si las plantas sufren por falta de agua, como suele ocurrir en verano, retrasa la operación, ya que no absorberán bien el fertilizante y podrían quemarse. Evita utilizar un abono con alto contenido en nitrógeno al final de la temporada estival para evitar un crecimiento tardío, peligroso para cuando entre el frío.
9. DAÑOS POR HONGOS. Corrige el sistema de riego
Planificando bien el riego y utilizando el método más apropiado para cada zona de tu jardín evitarás que las plantas sufran daños. Riega en el sistema radicular y no sobre la parte aérea de los ejemplares, y recuerda que el sol no debe de estar presente si quieres evitar quemaduras en las hojas. Utiliza la manguera con baja presión y la regadera con alcachofa para pulverizar el agua y conseguir que humedezca la tierra sin causar hoyos ni canales. Junto a esto, puedes optar también por el sistema de goteo y filtración o porosidad, mejor que aspersión y difusión. Así no desperdiciarás agua ni mojarás las hojas y flores, evitando los hongos.
10. PLAGAS CONTINUAS. Separa más las plantas
La plantación apiñada de las anuales, que crea por lo general un microclima fresco y húmedo y evita, además, la desecación del terreno al mantenerlo sombreado, conlleva algunos peligros en otras especies. Por ejemplo, en las vivaces: fácil propagación de plagas y enfermedades, crecimiento inadecuado o falta de floración. Para evitar riesgos, es mejor que respetes la distancia de plantación, mantén una ventilación adecuada y elimina las partes muertas al permitir la mayor entrada de aire y luz posible.
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