Para empezar el nuevo año, recuerda estas fantásticas ideas para proteger tu huerto y que sus frutos crezcan en su máxima expresión.
OJO A ESTA PELIGROSA MOSCA
Hablamos de la Psila rosae, que ataca principalmente a las zanahorias (Daucus carota), aunque también puede afectar al apio, cilantro y perejil. Estas hortalizas están más expuestas a su invasión cuando son jóvenes. Hay varias ideas que puedes hacer en tu huerto para intentar alejarla. Por ejemplo, elegir variedades resistentes antes de plantar, o bien, intercalar las filas de zanahorias con cultivos de especies cuyo olor desagrada a este insecto. Es el caso de la cebolla, la salvia o la caléndula.
CUANDO NO QUEDE NI UN FRUTO EN LAS RAMAS…
Es el mejor momento para podar los frutales. El granado, el guindo, el ciruelo… todos ellos debes despuntarlos y retirar las ramas más viejas y desgarbadas para que se formen los renuevos. Cada año por estas fechas aprovecha para ir renovando sus copas, suprimiendo las ramas menos productivas. Pero conviene hacerlo con mesura: si eliminas demasiado, tendrás menos fruta la temporada siguiente.
SEMILLEROS BIEN PROTEGIDOS
En zonas de clima benigno no tendrás problema en cultivar lo que quieras en semillero y trasplantar en unas semanas al sitio definitivo. Así, puedes crear semilleros protegidos de coles de Bruselas, coliflores y lechugas, por ejemplo, rellenando con sustrato una bandeja de alveolos y poniendo dos semillas en cada uno. Cubre con una fina capa de sustrato y riega con cuidado. Cuando las plántulas midan entre 10 y 12 cm, trasplántalas al bancal sin dañar las raíces y cubriéndolas con algún túnel o protección si el tiempo lo exige.
APORTA NUTRIENTES AL SUELO
Con los fertilizantes químicos, las plantas crecerán bien al principio, pero después serán más vulnerables a las inclemencias del tiempo y no tendrán la fuerza que consiguen en un suelo rico en materia orgánica. Hazte con estiércol compostado, que se comercializa en sacos, y aplícalo en una fina capa directamente sobre un suelo limpio y bien desmenuzado. Mézclalo ligeramente con la tierra y deja que las lluvias y la naturaleza hagan el resto.
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