Un invernadero te permite cultivar plantas de climas templados en regiones muy frías y adelantar floraciones y cosechas. Su utilidad es enorme, y si cuentas con uno podrás proteger todo tipo de plantas del frío o producir hortalizas fuera de época. Si has pensado en instalar un invernadero, cerciórate de que cuentas con el sitio adecuado, ya que debe recibir pleno sol y también estar protegido del viento. Aquí te damos todas las claves que necesitas para que saques el mayor partido al tuyo.
Para tu invernadero, ten en cuenta…
1. Hay dos tipos, aquellos donde se instalan las plantas en el suelo y aquellos donde se introducen en contenedores. Es esencial desinfectar anualmente el suelo de los primeros con un producto específico seguido de enmiendas orgánicas y minerales que satisfagan las necesidades de los cultivos.
2. El drenaje es básico cuando solo se introducen plantas en contenedores. El agua no debe quedar estancada nunca dentro del invernadero.
3. No conviene que el suelo sea solo de hormigón; es más limpio que lo sea el pasillo central y que el resto sea una base de gravilla drenante.
4. Tiene que ser sólido y estar bien anclado. Deberá estar bien cerrado, con un nivel de estancamiento razonable para que recoja la una temperatura alta durante el día y le cueste mucho perderla durante la noche.
5. Los suelos de policarbonato son casi irrompibles, mientras que los de aluminio son fuertes y ligeros y se usan mucho en invernaderos de capricho. La madera con cubierta de cristal es una opción muy estética, aunque exige un cuidado mantenimiento, sobre todo en climas secos.
6. Se puede usar el invernadero todo el año, aunque depende de lo que se quiera cultivar. Eso sí, las altas temperaturas de verano en invernaderos completamente cerrados, aunque estén bien ventilados, son difíciles de combatir; es mejor dejarlos descansar. Solo se recomienda en zonas frescas, como la cornisa cantábrica.
7. Todo ocurre más rápido dentro, también los ataques de plagas y enfermedades, por lo que conviene estar siempre alerta. Ventilación diaria y riegos constantes ayudan a prevenir.
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