La rosa es la flor del momento, y por eso no puede faltar en nuestras páginas. Como reina del jardín, aquí tienes los cuidados para aprender a podar el rosal para que te dé su flor, maravillosa creación de la naturaleza.
• BUSCA LOS PUNTOS ADECUADOS
En general, se deja 3 o 4 ramas principales, de unos 30 cm de alto. Corta 5 mm por encima de una yema hermosa, sana y bien abultada. Si cortas más cerca, estropearás la yema; si es más lejos, dejarás un tocón. Además, corta en diagonal, pero del lado opuesto al brote para que el agua de la lluvia resbale y no se estanque en la yema. También se puede podar cuando las hojas rojas tiernas empiezan a salir.
• DESPEJA EL CENTRO DEL ROSAL
Es preciso que el aire circule fácilmente por el interior del arbusto. Corta todas las ramas que se dirijan hacia el interior del rosal. Elimina también las ramitas demasiado finas para sostener rosas y que no tienen utilidad.
• ELIMINA LAS FLORES MARCHITAS
Corta todas las flores pasadas bajo la primera hoja después de la flor. Esto permite no solo conservar el buen aspecto del rosal, sino, sobre todo, estimularlo para que produzca más rosas.
• REALIZA UNA LIGERA PODA A COMIENZOS DE INVIERNO
Se trata solamente de conferir al arbusto una forma definida y un aspecto esmerado. Corta todas las puntas de las ramas de 15-20 cm. Sobre todo, no cortes más abajo, ya que esta poda más radical se realiza a finales de invierno.
• PODA DE REJUVENECIMIENTO
Se realiza cada 4 o 5 años. Hay que suprimir las ramas viejas que empiezan a producir menos flores. Entonces, el rosal se debe podar al ras en marzo o abril, con unos cortes bien limpios.
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