Así conviene regar tus plantas de interior y de balcón para que crezcan sanas y bonitas

La intensidad y frecuencia con la que se debe regar las plantas dependen de muchos factores y, a menudo, no sabemos cómo hacerlo. Ya sean plantas de interior o las que tienes en el balcón en macetas, cada una tiene unos requisitos diferentes que es bueno conocer. Los expertos de COMPO nos enumeran las reglas básicas más importantes para ayudarte con el riego en esta época para que tus plantas se muestren en perfectas condiciones durante todo el año, pero, sobre todo, que florezcan esplendorosas en la próxima primavera.

Regar las plantas de interior

• Hay que evitar el encharcamiento. Básicamente, en cuanto a las plantas que tienes dentro de casa, ¡es mejor quedarse corto que pasarse! Las plantas secas muchas veces se pueden salvar; sin embargo, hay plantas que mueren si el exceso de agua pudre las raíces.
• Conocer el origen y la ubicación
  El origen y la ubicación de una planta también deben tenerse en cuenta a la hora de regar: Dependiendo de la zona climática de la que provenga necesitará diferentes cantidades de agua. Lo mejor es preguntarlo directamente al comprar la planta. Con respecto a la ubicación en la vivienda, se debe tener en cuenta que las plantas que están en lugares cálidos o con luz solar intensa necesitan mucha más agua.
• Comprueba la textura de la hoja. Las plantas con hojas grandes generalmente requieren más agua que las plantas con un área foliar pequeña. Lo mismo se aplica si la superficie de la hoja presenta arrugas, estrías o, en general, no está lisa. Las hojas gruesas y carnosas pueden almacenar bien el agua y, por lo tanto, deben regarse menos.
• Consideraciones sobre el ciclo de la vegetación. Cuando una planta está creciendo (generalmente, en verano), necesita una cantidad particularmente grande de nutrientes y suficiente humedad para generar nuevas hojas y flores. Cuando bajan las temperaturas, muchas plantas de interior entran en una fase de latencia. Durante este tiempo, necesitan poca agua y pocos nutrientes.
• El tamaño de maceta y su material importan. Las plantas pequeñas en macetas grandes pueden almacenar agua durante más tiempo y, por lo tanto, deben regarse con menos frecuencia. Por otro lado, las plantas más grandes, que no tienen mucho espacio en sus macetas, deben regarse más. Idealmente, deben plantarse lo antes posible en una maceta 2-4 cm más grande. 
• Las plantas en macetas de arcilla y terracota. Necesitan bastante más humedad que en macetas de plástico, ya que la arcilla es porosa y el exceso de agua se elimina con facilidad. Las macetas de plástico tienden a retener humedad, por lo que deben regarse un poco menos.
• Confía en la ayuda técnica. La mayoría de las veces, no se puede saber a partir de la tierra si hay que regar las plantas de interior o no. A menudo, la superficie se seca rápido, pero más abajo conserva humedad. Por lo tanto, aunque vuelvas a ver la tierra de color claro poco tiempo después de haber regado, esto no tiene por qué significar que debas volver a regar. Es habitual recurrir al truco del pulgar: meter el dedo lo suficientemente profundo en la tierra para comprobar si todavía está húmeda. Es práctico, pero también es impreciso, ya que solo se comprueba la humedad en la superficie. Una buena opción es colocar un medidor de humedad directamente en el cepellón para saber si la planta necesita agua.

Regar las plantas de balcón y en macetas

• Riega sabiamente. Demasiada humedad hace que las raíces se pudran, impidiendo que la planta absorba los nutrientes y se desarrolle adecuadamente. Muy poca agua, por otro lado, impide el crecimiento y la floración: las hojas de la planta se vuelven marrones y se marchitan. Básicamente, debes regar en abundancia, más que repetidamente con pequeñas cantidades.
• El momento adecuado para regar. El mejor momento para regar es por la mañana o por la noche. Si hace demasiado calor durante el mediodía, las hojas mojadas pueden quemarse accidentalmente. Además, una cantidad innecesariamente grande del agua se evapora antes de que pueda ser absorbida por la planta. Por cierto: las plantas en el lado norte de la casa necesitan mucha menos agua que las plantas en el lado sur.  
• Todo depende de echar la cantidad de agua adecuada. Recuerda: ¡tus plantas son seres sensibles! El agua del grifo no debe estar ni demasiado fría ni tener demasiada cal. Especialmente en zonas con agua dura, es recomendable regar las plantas de exteriores (patio y balcón) con agua de lluvia. ¡Esto no solo protege las plantas, sino también el medio ambiente!