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Claves para que la luz del sol inunde tu jardín

by Redaccion
La luz del sol en tu jardín

Abre tu jardín al sol creando una zona central luminosa, soleada, diáfana y, si puede ser, llana. Alrededor, planta lo que quieras, bien sombreado. En esta zona central puedes instalar el estanque, algún banco para el descanso, rosas, macizos de flores bienales… Incluso va bien un quiosco, una pérgola o un gazebo. De esta manera, si ese sol de invierno de pronto es demasiado intenso, podremos evitarlo un poquito.

¿Qué orientación tiene tu jardín?

Aunque un jardín, como superficie en el exterior, cuenta con los cuatro puntos cardinales, siempre está orientado hacia alguno. Siempre existe un punto de partida físico y visual. En ocasiones, se considera que un jardín comienza en la puerta de acceso del terreno; en otras, en la casa de la que parten los pasos de sus propietarios… Sea como fuere, hay que elegir un punto o foco. Desde él se podrá contemplar, utilizar, habitar y disfrutar un jardín. Nosotros te aconsejamos que tu foco sea la casa; los jardines que parten del acceso de la calle acaban siendo fríos e impersonales.

Luz del sol en tu jardín

El jardín luminoso

Un jardín con mucha luz es aquel en el que nada oculta la entrada del sol a la vista general. Esto no quiere decir que sea un jardín sin sombra. En el jardín luminoso y soleado, el rey es el césped, con una pradera fuerte y fácil de mantener con poca agua. En medio, te recomendamos plantar macizos de rosas, bienales, o grupos de arbustos. Coloca el estanque y no olvides tampoco esos bancos que hacen habitable un jardín. Un jardín sin bancos es como un jardín en permanente tempestad, no hay quien permanezca mucho tiempo en él. Y nosotros lo que queremos es que permanezcas ¡siempre! en tu jardín luminoso y soleado de este bello invierno.

La luz del sol en tu jardín

Claves para que triunfe la luz

1 Consigue luz a cualquier precio

Se trata de que el sol se encuentre por todas partes, que existan superficies abiertas de tales dimensiones como para que se perciba que el astro rey es el protagonista. Ideales son las zonas diáfanas rodeadas de rincones en umbría.

2 Si hay árboles, que sean bien altos

Los árboles con copa en altura, aunque sean perennifolios, permiten el paso de la luz y el sol en las horas en que se encuentra bajo. Prácticamente debajo de ellos solo hay sombra a mediodía, y en ese momento se agradece, hasta en invierno. Cuenta aquí con pinos piñoneros y sylvestris, aligustres y laureles de copa, cipreses… y piensa también en que las especies de porte piramidal ocultan menos el sol.

La luz del sol en tu jardín
3 Mantén el equilibrio entre especies caducas y perennes

Las caducas darán sombra en verano pero, con las caída de las hojas, dejarán pasar los rayos solares cuando más se necesitan. Estos árboles caducos o de sombra no se deben plantar demasiado juntos, para que el entramado de ramas no se amontone y forme un tejido leñoso que, aun sin hojas, sombreará demasiado.

4 La benefactora iluminación

Tanto en días soleados como, sobre todo, en días nublados, tiene que hacer acto de presencia en los enclaves que más disfrutes. Si es muy umbrío el suelo junto a un muro que no sueles recorrer, no importa. Pero en ese banco junto al estanque, en el que disfrutas de tus ratitos de sol, no debe haber ningún tipo de obstáculo.

5 Las bulbosas tempranas

Como el crocus o el muscari, pueden naturalizarse en medio del césped (esto se consigue no recogiendo los bulbos después de su oración). Así florecerán antes de que la pradera necesite la primera siega. Y las bienales, como los pensamientos, estarán a las maravillas en el espacio abierto central formando bellos macizos de color.

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