En primer lugar, decir que el nuestro es un cole situado en la barriada de Orcasur, un lugar que encabeza las estadísticas en cuanto a fracaso escolar, tasa de paro y situaciones de vulnerabilidad en general.
Nuestros alumnos son increíbles, niños y niñas con muchas ganas de aprender, lo que pasa es que en ocasiones no es fácil y la situación en las aulas se deteriora un poco… Aquí es donde aparece nuestro huerto escolar, un lugar, un espacio, un paraíso diferente. Donde salimos a cambiar de aires, a aprender de forma diferente y sobre todo a buscar la motivación suficiente para volver al aula de la forma más positiva y más motivada posible,
Nos tomamos el huerto como un lugar donde siguiendo las orientaciones del profesor los alumnos,as trabajan todo el tiempo la tierra.
Localización del Colegio Público Ciudad de Jaén
LOCALIZACIÓN:
Colegio Público Ciudad de Jaén
C. de la Madre Rosa Blanco, 3, 28041 Madrid
Aprendemos a utilizar las herramientas necesarias y a trabajar con esfuerzo. Todo es solidario, los mayores remueven la tierra, la preparan para que los pequeños planten las semillas.
Siempre comenzamos la labor realizando una asamblea donde los menores preguntan la razón de cada una de las actuaciones. En el huerto del cole los niños y niñas se manchan, en ocasiones nos llenamos de barro, pero nos oxigenamos, disfrutamos, liberamos tensión y aprendemos a compartir esfuerzos para conseguir metas juntos.
Los de sexto hicieron un estanque donde metimos algunas tortugas que las familias ya no podían tener en casa. Es un lugar de paz porque nos relaja ver los peces y contemplar el agua. Todos se turnan en las labores de limpieza y cuidado, es sorprendente el grado de afectividad al que llegan algunos niños en relación con este proyecto.
Además, cada año sembramos cientos de árboles, castaños, robles, pinos…Los vemos crecer algunos cursos y luego los llevamos al bosque o terminan dando sombra en algún espacio público del Ayuntamiento de Madrid o en el propio Colegio.
La recolección es un momento mágico, toda la cosecha se reparte entre el alumnado, en ocasiones se debate quién se debe quedar con la cosecha, buscando el consenso y la reflexión. El ciclo no termina, luego hay que volver a abonar la tierra, buscar soluciones entre todos para los problemas que aparecen y desde luego cuidar el huerto en general como un gran ser vivo que necesita mil intervenciones.
Cuando los caracoles se comen nuestras semillas recién brotadas, debemos buscar soluciones ecológicas entre todos. Esta fue la solución de unos niños de quinto curso, la estudiamos, la experimentamos y nos dimos cuenta que funcionaba. Los caracoles no se comían nuestras calabazas recién nacidas.
Nuestro huerto es un lugar de enseñanza y aprendizaje donde lo más importante es el respeto al medio ambiente y el cuidado de los seres vivos. Nuestro mayor aprendizaje es encontrar ese equilibrio que nos llevará al aula siendo más estables.
También es un lugar de encuentro con abuelos y abuelas que de forma puntual en ocasiones entran ayudar a los nietos, entonces el proceso educativo se vuelve completamente maravilloso. En esta fotografía vemos como las calabazas están en proceso para llegar a Halloween.
También contamos con invernadero, cada año lo reparamos entre todos, es muy endeble, pero cumple su función. La situación económica del huerto es un poco precaria, trabajamos con materiales muy escasos y con poca ayuda exterior, pero los objetivos que alcanzamos cada año son increíbles. Cada niño, a de sexto curso debe aprender a saber llevar y utilizar un huerto por si mismo. Por otro lado, estos niños en ocasiones están muy faltos de vivencias cercanas a la naturaleza o fuera de su contexto. El huerto es un lugar magnífico para tranquilizar, motivar, aprender, vivir, ser solidario, trabajar en comunidad y de forma solidaria y, sobre todo, para ser felices.