El sol es el mejor aliado de tus plantas, pero si actúa de forma inesperada con excesiva fuerza, se convierte en su más mordaz enemigo. Evita las letales consecuencias de un golpe de calor con soluciones preventivas como las que te proponemos.
El golpe de calor o asurado aparece con las altas temperaturas que sobrevienen en un día de primavera o inicios del verano. Los rayos del sol ardientes y su fuerte luminosidad obligan a las plantas a incrementar su actividad. Cuando esto ocurre, aumentan su transpiración y pierden agua por evaporación que necesitan recuperar. Si no lo hacen, se produce un desequilibrio hídrico entre el follaje y la raíz, que acarrea la desecación y, finalmente, la muerte del ejemplar.
PLANTAS SENSIBLES
Las especies exóticas proporcionan un estilo sofisticado, pero también son las primeras que causan baja ante un golpe de calor. ¿El motivo? Su escasa aclimatación a la zona donde están emplazadas. De igual manera sufren los ejemplares poco leñosos, con hojas grandes y mucha necesidad de agua, por ejemplo, aralias, aucubas y hiedras. Son más resistentes los geranios, pasionarias, buganvillas, acacias o petunias.
EN PLANTAS DE INTERIOR
Los cristales de la ventana potencian la acción de los rayos solares, incrementando la luminosidad y el calor y haciendo que tus plantas se marchiten y mueran. ¿Soluciones? Retíralas de la ventana y proporciónales algo de sombra colocando toldos o persianas. Y no te olvides de girarlas de vez en cuando para que su crecimiento sea uniforme.
SÍNTOMAS DE QUE HAN SUFRIDO UN GOLPE DE CALOR
En ejemplares frondosos o con un sistema radicular deficiente, el follaje afectado aparece seco y enrojecido entre sus nervaduras, mientras que la zona del limbo o laminar se muestra verde a lo largo de los vasos que conducen la savia. Si tienes arbustos de bayas, extrema la alerta, pues con las altas temperaturas completarán el ciclo vegetativo antes del tiempo necesario, lo que daña los frutos.
CÓMO REGAR
Ante a un golpe de calor, intenta que el ambiente se mantenga húmedo. Para conseguirlo, riega poco tiempo, pero muchas veces. Un minuto cada hora será suficiente. Utiliza los aspersores y difusores, que garantizan un buen resultado y no provocan encharcamientos. Para evitar que las hojas y flores sufran quemaduras solares, no riegues a pleno sol. Aprovecha las primeras horas de la mañana y siempre sobre tierra, al pie de cada planta. El goteo es otra alternativa muy válida.
MEDIDAS PREVENTIVAS
La mejor manera para evitar daños por golpe de calor es planificar y seleccionar las plantas de acuerdo a
las temperaturas que se dan en tu zona. Si son altas y no te interesa perder tiempo ni dinero, adquiere ejemplares con una elevada resistencia al calor y la sequía. Un ejemplo son las retamas, cornejos, jaras, agracejos, alisos o coníferas como el pino o el ciprés. No desdeñes ninguna medida de precaución: riega de forma abundante, cubre el suelo con acolchados para evitar la evaporación, o sombrea los ejemplares sensibles.
ACTUACIÓN DE URGENCIA
Solo las especies leñosas, árboles y arbustos de hoja caduca tienen la oportunidad de sobrevivir a un golpe de calor mediante una poda ligera uno o dos días después del asurado. Corta un tercio del ramaje superior y la savia se acumulará en el corte originando una nueva brotación de las yemas latentes. Para evitar que las plantaciones en recipientes acusen estrés por efecto del calor hay dos medidas de urgencia: refrigerar los tiestos y colocar mallas de sombreo. ¿Cómo? Introduce una maceta en otra 2 cm mayor y llena la cámara de aire formada con lana de roca, vermiculita, carbón, corcho triturado… La malla, de un 90 % de filtración de luz, se debe separar 10 cm del recipiente.
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