Es un elemento del jardín que merece lo mejor. Te contaremos aquí una serie de cuidados del césped, que harán que esté sano, fuerte y bonito. Si eres de los que tiene la suerte de disfrutar de una pradera de césped, cuidado ahora, en pleno verano: una pequeña equivocación puede arruinar su aspecto y te costará mucho recuperarlo. Importantísimo es vigilar que el riego no falle y que no haya carencia de nutrientes. Aquí tienes además toda una serie de consejos para mantenerla sana y verde toda la temporada.
Cómo regar
Uno de los cuidados del césped más importante es el riego. Los sistemas más adecuados para el césped son la aspersión y la difusión de agua. Los aspersores son idóneos para superficies grandes y diáfanas, y los difusores para zonas pequeñas y accidentadas. Pero, en ambos casos, conviene comprobar periódicamente que no se hayan movido y que los elementos lleguen a todas las zonas del jardín sin superponerse. Lo más práctico es automatizar el sistema y controlarlo con un programador. Un buen truco es programarlo para que realice dos aportes por la noche, porque así lograrás que el agua cunda más y aumente la humedad a ras de suelo.
También puedes usar una manguera para esparcir el agua, pero tendrás que estar atento para no regar dos veces la misma zona o dejar alguna sin agua. Riega a diario y al atardecer, cubriendo todo por igual, es decir, aportando la misma cantidad de agua a todos sus puntos.
La siega
Otro de los cuidados del césped es la siega. Para que sea más resistente al pisoteo y la base de sus tallos no se debilite, lo mejor es segarlo ahora una vez a la semana. Hazlo en líneas rectas o calles, calculando una altura de las cuchillas acorde con el tipo de césped (por ejemplo, para Ray Grass inglés, una buena altura en verano es de 2,5 cm, pero para gramíneas enanas, tipo Agrostis, bastará con 1,5 cm). Si hace mucho calor y no llueve, súmale a la altura medio centímetro más.
Si usas una segadora manual porque tienes una zona de césped pequeña, empújala siempre hacia delante para no combinar movimientos de avance y retroceso, que tienen como resultado cortes desiguales. Y si vas a cambiar tu segadora, valora los nuevos robots que hay en el mercado: los resultados que consiguen te parecerán increíbles.
Siega con tiempo seco y acuérdate de no regar antes de hacerlo para no producir desgarros en las plantas. Además, los restos de hierba húmedos pueden atascar la máquina cortacésped.
Cuando siegues, deja para el final los recortes en las bases de los árboles, las patas de los bancos, las farolas, las pérgolas… Con el recortabordes eléctrico o unas tijeras de podar conseguirás dar el acabado perfecto a esas zonas.
El abono que conviene ahora
Por el aumento de los riegos, el constante pisoteo y las siegas semanales, el césped suele amarillear por esta época. Por eso, te hablaremos de otro de los cuidados del césped. Para que esto no pase, y a pesar de que abonaste en primavera, ahora hay que volver a hacerlo con un aporte de cobertera (es decir, en superficie sobre el desarrollo del cultivo) con un fertilizante mineral. Desmenúzalo bien antes de esparcirlo de forma uniforme. No apliques nunca el abono en las horas de más calor, espera al atardecer. Y al finalizar. Riega bien para que se disuelva y para ayudar a la hierba a asimilar rápido los principios activos.
Evita las malas hierbas y el musgo
Arranca de raíz las malas hierbas con azadilla o cuchillo. En el caso de usar herbicidas, evita aplicarlos con viento para que el rociado que realices no afecte a plantas cercanas. Y después de aplicar un producto herbicida, no uses los restos de siega como acolchado ni para realizar compost hasta dos semanas después del tratamiento.
El musgo aparece en las áreas de sombra permanente, con drenaje deficiente. Lo primero que hay que hacer en estos casos es arreglar el drenaje, y después usar un musguicida. Mantén el terreno ventilado para que no se extienda el musgo. Pínchalo de manera periódica.
Repara las calvas
El desgaste, la falta de alimentación o la
sequía pueden provocar calvas en el césped, especialmente cuando se trata de especies delicadas. Corregirlas no es complicado, y ahora es un buen momento. Primero habrá que retirar el trozo de hierba afectado, remover el suelo con una horca, abonarlo y afirmarlo bien. Luego se colocará un tepe del tamaño del hueco, consiguiendo un resultado casi inmediato, o se sembrarán semillas con la misma composición de la pradera, que tardarán unos días en germinar. El proceso es igual cuando aparecen bultos, pero hay que nivelar bien antes de resembrar. Riega bien al final.
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