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La favorita de Pepe Plana: el Árbol del Amor

by Redaccion

Como el árbol del amor se está utilizando cada vez más en alineaciones de calles de la ciudad por su tamaño manejable y su mancha de color floral espectacular en primavera, cada vez despierta mayores admiraciones y pasiones. Y cada vez sorprende más al urbanita y le hace abrir la boca con sonoros ¡oooh! Este es un árbol pequeño, con escasas virtudes de habitabilidad (poca sombra, porte irregular), pero con una floración que calla por todo.

Por Pepe Plana
Fotos de Covadonga Gala e iStock

Hay ocasiones en que no hace falta explicar algo porque salta a la vista. Nuestro protagonista, el árbol del amor (Cercis siliquastrum), es un verdadero amor. Para empezar, su follaje está constituido por multitud de corazones bonitos y brillantes (hojas acorazonadas), que, eso sí, apasionan a las avispas serradoras de hojas (Megachile centuncularis).

Pero esto no queda ahí. Resulta que sus flores… ¡son del color del amor! Sí, rosa (más o menos, porque tienden al púrpura) y, además, y eso es lo que más me gusta del Cercis, ¡están pegadas a los troncos! Apenas cuentan con pedúnculo, son sésiles, se caracterizan por la denominada caulifloria, y eso significa amor aquí y en todo el mundo. Admirar un árbol del amor es admirar el amor, no te quepa duda.

árbol del amor
Otros nombres

Este árbol cuenta con otras acepciones menos afortunadas y menos atractivas. Para referisrse a él, oirás nombres como:

> Algarrobo loco, a causa de la multitud de vainas o legumbres que quedan en los troncos y ramas tras la floración (pertenece a las Leguminosas o Fabáceas y, por tanto, muestra silicuas o “judías-legumbres” a mansalva).

> Ciclamor, acepción que parece poseer un significado latino de “púrpura”, en relación con el tono de color de sus flores.

> Árbol de Judas, ya que dice la leyenda que Judas Iscariote se ahorcó en un árbol del amor. Cosa extraña, ya que se trata de una especie más bien pequeña y tortuosa para este menester…

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¿CÓMO ES?

El árbol del amor es más bien tortuoso, con troncos que tienden a enroscarse y aparecer inclinados. Por ello, no resulta muy conveniente para alineaciones en vías urbanas. Sin embargo, cada vez se utiliza más por
la belleza de sus floraciones, que evocan la primavera y llenan la ciudad de color y alegría. Por cierto, que la tendencia actual, más política que
otra cosa, sea de plantar en la ciudad árboles de pequeño porte para evitar accidentes por caídas de ramas, me parece una medida contraproducente. La ciudad necesita sombras, oxígeno y humedad, que solo los grandes ejemplares pueden aportar. Desde mi punto de vista, una ciudad debe ser un hábitat bajo los árboles…


árbol del amor

Pero un árbol del amor es además un árbol de flor proterante, es decir, que cuenta con floraciones que surgen antes que las hojas, para después mezclarse con ellas. Eso es un indudable un valor estético y original. Las flores son típicas Papilionáceas (con forma de mariposa) y pétalos asimétricos con, asimismo, atractiva forma de barco de vela. La forma de su copa es algo desgarbada y se impone su educación en forma aparasolada, mediante la poda, sobre todo para plantación en las calles de la ciudad.

Al tratarse de una Leguminosa o Fabácea, el Cercis no necesita apenas abonados, ya que él mismo fabrica su nitrógeno gracias a las bacterias nitrificantes de sus sistemas radiculares. En condiciones óptimas, un árbol del amor se muestra esplendoroso, en pleno apogeo, a los 20 años de vida,
y suele entrar en vejez o senectud a los 60 años, que es cuando comienza a adoptar tortuosidades poco estéticas e inclinaciones peligrosas en sus troncos.

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SUS 5 CUIDADOS BÁSICOS
La plantación, siempre a finales de invierno.

En una u otra medida, todos los árboles del amor son frioleros. Plantarlos en el jardín antes de que hayan acabado los días fríos es un peligro que evitarás esperando. Febrero-marzo es un muy buen momento para efectuar las plantaciones.

El emplazamiento, algunos al sol y otros…

Aunque la exposición a súper pleno sol no le gusta a nadie, salvo a las crasas del desierto, lo cierto es que los ciclamores lo toleran. De todas formas, el sol-sombra bajo los árboles de gran porte es su exposición favorita.

La tierra, de jardín para ser rojo y rico

Los árboles del amor son estupendos captadores de nutrientes, su vigor en muchas ocasiones no depende de la presencia abundante de nutrientes en el suelo, ya que ellos los sintetizan gracias a bacterias nitrificantes como azotobácter o nitrobácter. La incorporación de hierro por defecto en el abonado de fondo anual, siempre les hará bien.

El riego, moderado y regular

Este es un árbol que adora los riegos con frecuencia regular, ya que se recupera mal de las marchiteces causadas por la sed. Esto no suele suceder en la costa, por la humedad ambiental. Se convierte en un peligro en tierra adentro. Cuando riegues un Cercis, hazlo con poca agua, odia los encharcamientos.

La multiplicación, nada como el estaquillado

Las semillas de Cercis son bastante viables y puedes utilizar los plantones nacidos por autofecundación bajo ellos. Pero, desde luego, las estaquillas leñosas arraigan bien y siempre conservan los colores y calidades del ejemplar dador. Corta ramillas terminales y úntalas con hormonas de enraizamiento. Después, plántalas en sustrato orgánico.

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Consejos básicos

Multiplicación: estaquillado e hijuelos

Si aparecen renuevos o hijuelos basales en las bases de tus Cercis, porque han caído semillas que han germinado, puedes recurrir a su recogida con buena raíz y algo de tierra para plantarlos de forma individual y obtener así más ejemplares. Haz esta separación a finales del invierno. También puedes realizar el efectivo estaquillado, consistente en cortar terminales de ramillas no florecidas en otoño y sedimentarlas en arena húmeda para enraizar.

Plantación favorita: primavera y otoño

La primavera, o mejor dicho los finales de invierno, es el mejor momento para plantar los árboles del amor. Crecen mejor a pleno sol, por lo tanto procura plantarlos donde encuentren al menos seis horas de sol al día para tener una excelente floración. También puedes efectuar la plantación en otoño, cuando quedan muy pocas hojas en el ejemplar. Abstente de hacerlo en pleno invierno, con fuertes heladas.

Suelo favorito: el neutro

Los Cercis son árboles poco exigentes en cuanto a calidad del suelo y abonados, pero es importante que el suelo retenga la humedad suficiente para mantenerlos hidratados. También es vital el correcto drenaje del terreno. Como regla general, se impone el suelo fértil, neutro a ligeramente alcalino, no demasiado compacto y arcilloso. Si el suelo está en malas condiciones agrega sustrato orgánico para enriquecerlo.

Combinación favorita: lilo

Esta asociación está perfectamente probada en los jardines románticos. Lilos y árboles del amor crecen felices juntos y combinan muy bien con sus colores y formas. No hay miedo en efectuar plantaciones erróneas con estas dos especies: como las sitúes, lucirán bellísimas.

Si quieres saber más sobre el árbol del amor, lee los consejos de Pepe Plana es el número 286 de tu revista Mi Jardín. Para conseguirlo, llámanos al 916326251 o escríbenos a suscripciones@revistamijardin.es

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