La clave para lograr una integración perfecta de múltiples zonas en el jardín está en una buena planificación. No todo vale, y por eso reunimos aquí 10 secretos para que incluyas en el tuyo cuantos ambientes desees.
1. PENDIENTE, prevé el sitio más cómodo para disfrutar de las vistas
Pocas veces ocurre, pero cuando las vistas que se contemplan desde el jardín son extraordinarias, no aprovecharlo sería imperdonable. En este se ha logrado mediante la construcción, en una zona más alta, de una plataforma aterrazada en madera. Desde allí quedará impresa en la retina del observador el relajante ambiente del estanque, creando el lugar más recoleto del jardín.
2. CAMINO, los serpenteantes tienen mayor interés
Los caminos con un elemento muy llamativo, y la disposición de la vegetación que le franquea, irregular introduciéndose en él, supone una irresistible invitación atravesar el jardín, de parte a parte, a descubrir los misterios que contiene, al tiempo que impide saber dónde está sus confines. El paseo resulta delicioso gracias a una selección de especies que intercalen sus momentos de floración.
3. BANCO, ameniza tu descanso con el olor de rosas, lavandas…
Flores, ya sean macizos contiguos o en jardineras y macetas, no pueden faltar junto a un banco o en cualquier otro ambiente de reposo. Y más si son vistosas y festivas, como unas alegres margaritas, que amenizan el ambiente, convirtiéndolo en un rincón especial. Pero puede que más que el color, lo que te atraiga sea su fragancia. Rosas, lavandas, lilos y jacintos, por ejemplo, te darán mucho juego.
4. CERCADO, con campanillas gana un aire rústico
Con un buen tratamiento, una valla casera de estacas de madera puede durarte mucho. Su ventaja frente a un muro como linde es que no entorpece las vistas y se mezcla ópticamente con el entorno. Lo peor es que también permite observar, desde fuera, el interior del jardín, comprometiendo así la privacidad. El grupo de especies de flor altas y trepadoras, como estas campanillas (Ipomoea purpurea) otorgan a la composición un aire asilvestrado. Las rosas silvestres arbustivas (Rosa canina) serán otra muy buena opción para separar ambientes.
5. SETO, ten paciencia si los deseas fuertes e infranqueables
Con el paso de los años, muchos setos se convierten en verdaderas masas arquitectónicas, macizas e impenetrables, como le sucede a este agracejo rojo o berberis, que requiere una buena poda de formación para verse así de bello y tupido. El aligustre, con su follaje verde intenso, es otra buena opción. En todo caso, emplea setos altos solo para delimitar la parcela y los medianos para separar espacios o diferntes ambientes.
6. TREPADORAS, que no falten flores cerca de tu comedor exterior
Fíjate con qué majestuosidad crecen los clemátides por estructuras como pérgolas o cenadores. Su colorido es espectacular, pero requieren para lucirlo una tierra vegetal rica, bien drenada y que retenga la humedad. El sol es también importante, pero más en su parte aérea que la zona de raíces, que de hecho se debe mantener a la sombra. En el caso de que no puedas proporcionarles esta umbría, recurre a jazmines o rosales trepadores, de igual encanto en las zonas de comedor exteriores.
7. BORDURA, sírvete de una cuerda para guiar el corte de los setos
Aquí los setos bajos de boj, cortados decorativamente, forman un ribete muy efectivo para separar la zona de pradera del empedrado. Dan sensación de orden, aunque pueden resultar difícil mantener perfectas las líneas rectas, pero con una guía de corte todo resulta más sencillo. Si los quieres utilizar a modo de bordura frente a macizos de flores, para que el mantenimiento del resto de especies no se vea interferido por el seto, procura elegir las que tengan parecidas necesidades de cultivo.
8. ESCALERAS, deja sitio a las macetas
Los cambios de nivel en el jardín se hacen practicables a través de una escalera. En este caso se trata de pocos escalones bajos y anchos, que, por tanto, permiten un paso cómodo y seguro. Para atenuar la dureza del pavimento se ha aprovechado los márgenes para colocar algunas macetas con flores: pensamientos (en la foto), sédum, geranios… son muy socorridos.
9. PANELES, uno semiopaco para aislar del viento
No puede ser más idónea la utilización de paneles de madera que se ha empleado en este jardín. La intimidad está asegurada y también la protección frente al viento, dos funciones que cumplirían asimismo a la perfección en el ámbito de una terraza. Además, resultan un recurso muy decorativo para dividir ambientes, con la posibilidad de combinar con especies vegetales trepadoras como hiedras o parras. Un banco o una fuente cercana que proporcione frescor harán todavía más agradable el conjunto.
10. PÉRGOLA, recubre bien su techo
La pérgola configura ambientes protegidos por sí misma. Su cubierta puede techarse con una gran variedad de plantas trepadoras, y mientras estas crecen, también con cañizos, esteras de bambú, lonas, etc., para resguardar del sol el ambiente creado a su amparo, ya sea un banco pensado para el descanso, un comedor exterior o un paseo de agradable sombra.
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