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El favorito de Pepe Plana es el naranjo (y otros más)

by Redaccion
naranjo

Sí, el naranjo es una atracción sevillana y de muchas otras ciudades de clima benigno de nuestro país. Sus flores, además de bellísimas, cuentan con una fragancia maravillosa, de las primeras en el ranking de aroma floral mundial. Pero es que los naranjos de nuestras ciudades, y muchos jardines, son irresistibles cuando de sus ramas penden esos frutos coloridos, brillantes, asimismo fragantes… ¡Pero ojo!, no caigas en la tentación de coger una naranja de un árbol de la calle y llevarla a la boca, porque sufrirás de lo lindo ¡Son amargas como la hiel! Y su sabor permanece en la boca durante un largo tiempo.

Por Pepe Plana
Fotos de Covadonga Gala y Shutterstock

¿Amargo o dulce?

Estamos hablando del naranjo amargo (Citrus aurantium), que llegó desde su Oriente (China, India, Vietnam…), traído por nuestros conquistadores, los árabes, hace muchos siglos. Tantos que podemos considerar a todos los cítricos como de los nuestros. Otra cosa es el naranjo dulce (Citrus sinensis), que es la fruta más maravillosa y perfecta que yo conozco. Para mí, donde haya una naranja de buena calidad, en su momento ideal de maduración y conservación, pueden quitarse todas las demás frutas, aunque sean el colmo del exotismo… y el precio, ¡nada como una buena naranja!

El naranjo es un árbol friolero. Por encima de los 250 m de altitud no se recomienda su cultivo en agricultura, aunque en jardinería estas cosas cuentan poco. Un jardín con una cierta protección arbórea y de construcción, con una zona de plantación al sur bien abrigadita, no tiene por qué prescindir de un naranjo. Si el clima es fresco (si es frío, ya ni te cuento), lo mejor es plantar tu naranjo o limonero (Citrus limon) en macetón, para poder trasladarlo en invierno a un interior fresco (sin calefacción).

UN NARANJO EN EL JARDÍN…

…o un limonero, o un mandarino (Citrus reticulata), o incluso el «padre» de todos ellos, el pampelmusa (Citrus máxima) puede cambiar por completo el aspecto y la mentalidad de un jardín.

No es lo mismo un jardín de coníferas, tendente al bosque, al monte, al paisaje natural, donde pinos, cedros, sabinas y cipreses dominan el ambiente y las vistas… que un jardín xerófilo o xerofítico, recreando paisajes áridos y subáridos, de bellos desiertos, con cactus y crasas de floraciones espectaculares y texturas defensivas…Tampoco que un jardín atlántico, intentando emular esos parajes únicos, dominios del oso pardo y el urogallo, con sombras impenetrables, con robles, hayas, brezos y rododendros… O ¡que un jardín mediterráneo! En él puede haber algún ejemplar de todo lo expuesto anteriormente, pero con la exclusividad de daturas, hibiscus, buganvillas, bignonias, palmeras, jacarandás y, desde luego, ¡naranjos, limoneros, mandarinos…!

Pon un naranjo en tu vida… y en tu jardín

El naranjo, como árbol de bienvenida al jardín, puede efectuar las veces del ciprés en otros jardines. Un grupo
de limoneros en una zona soleada, y a poder ser de fondo, llenará un rincón con la armonía que proporcionan sus frutos amarillo limón. Puedes utilizar cítricos incluso como ejemplar de alineación en el camino de entrada, y también junto al portón de acceso a la finca, en la calle. Asimismo, los patios son zonas privadas y reservadas para los cítricos. Si es posible plantarlos en tierra, estupendo. Si no, el recurso a los macetones es el adecuado. Todas
las rutáceas soportan sin problema el cultivo confinado, siempre que no falte un rico sustrato a base de materia orgánica, y una continua humedad en él.

LOS CUIDADOS BÁSICOS

La plantación

Si es en cubeta… Desde que los cítricos entran al mercado en grandes contenedores de no menos de 50 l de capacidad, es posible su plantación durante todo el año; a excepción de julio y agosto, en que el calor seco arrebataría sus brotes tiernos desecándolos. El hoyo debe ser bien generoso, para que la tierra movida impere en torno a las raíces.

El terreno

Que drene bien. Aunque les gusta la fertilidad, la mayoría de cítricos se conforma con suelos más bien pobres… pero muy bien enriquecidos con materia orgánica. Les importa poco si son ácidos o alcalinos, e incluso miran sin preocupación los pedregosos o finos. A pesar de necesitar mucha humedad, lo que no soportan es que sean encharcadizos, que el agua se acumule durante mucho tiempo en su alcorque. Para resolver esto, nada como crear un drenaje a cada ejemplar antes de plantar.

La multiplicación

Semilla y esqueje. Para propagarlos, desde semilla puedes obtener cítricos con facilidad, ya que es un género con alto poder germinativo y buena viabilidad (siempre y cuando protejas del calor intenso los plantones durante el primer verano de su vida). Los esquejes también funcionan de maravilla. Ahora bien, para conseguir calidad de fruta, es preciso recurrir al injerto sobre naranjos amargos o limoneros espinosos (Poncirus).

El emplazamiento

Tamiza un poco el sol. Aunque parece que este género, evocador del sol y calor andaluz, desea los rayos
del astro rey, lo cierto es que suele desprenderse de sus flores y parte del follaje a pleno sol, como si formara en
su interior un otoño incipiente. Dale orientación este, o la sombra de un porche.

El riego

La frecuencia, clave. De muy poco sirve regar un naranjo cada 8-10 días en pleno verano, aunque emplees cientos de litros. Si le llega la sed antes de que realices la siguiente aportación, tirará flores e incluso hojas antes de tiempo, recuperándose mal. Riega cada 2-3 días.

Si quieres leer el artículo completo acerca del naranjo (y su familia), que es el favorito de Pepe Plana esta temporada, note pierdas el número 299 de tu revista Mi Jardín. En él también encontrarás todo lo que te cuenta Pepe Plana acerca de los problemas que pueden aquejar a tus cítricos y sus soluciones.

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