Unos cuantos escalones son la solución perfecta para salvar un desnivel importante en el jardín. Pero si quieres hacer esta transición aún más bella, tiene que ser con flores. Te decimos tres formas para poner color y decorar las escaleras del jardín.
MACETONES DE GERANIOS. Estas plantas son muy resistentes y aguantan bien en macetas en las escaleras de prácticamente cualquier zona climática y exposición… aunque a la sombra dan menos flores.
ROCALLAS DE COLOR. Algunas especies cespitosas o tapizantes dispuestas entre unas cuantas rocas son perfectas para los márgenes de una escalera. La rocalla, como su nombre indica, se forma asociando plantas y rocas. Para que su aspecto sea más natural, suelen construirse en un terreno inclinado o con cierto desnivel del jardín, pero no es un requisito imprescindible. Una escalera es un buen escenario. Rellena los espacios entre rocas con plantas. Primero distribuye arbustos y vivaces, en grupos irregulares y utilizando al menos 3 ejemplares por cada especie. Finalmente acomoda las plantas de temporada. El primer año puedes colocar más de este tipo para que la rocalla no se vea tan desnuda.
MURETE CORONADO. Esta solución queda bien en los jardines más formales. La parte alta del murete hace las veces de jardinera, acogiendo especies en su interior.
