Una vez nos hemos tomado un tiempo para identificar a esa planta tan especial para nosotros, conocer su nombre y zona de procedencia (de lo que ya hemos hablado en anteriores números de Mi jardín), el siguiente paso será aprender a mirarla. Esta nueva mirada nos va a permitir detectar rápidamente sus necesidades básicas de cuidado, y nos regalará la oportunidad de dejar de vivir tan deprisa por un momento, agudizar nuestros sentidos, desarrollar la creatividad y conectar con nuestra planta y con uno mismo. Mima tus plantas de interior y obtendrás todos los beneficios que ellas te dan incondicionalmente.
Por Eva Creus, directora de Plantas para la Vida
Como estrenamos nuevo año, he querido centrar este artículo en la felicidad, seguramente uno de los deseos más repetidos durante las fiestas navideñas. Y como ya he repetido en más de una ocasión en esta serie publicada en la revista, y nunca me cansaré de hacerlo, tu Jardín de interior debería, ante todo, ayudarte a sentirte bien y hacerte más feliz.
Las plantas nos conectan con la naturaleza
Se estima que pasamos alrededor de un 90% de nuestra vida en espacios interiores, siendo nuestro hogar donde más. Este es el motivo por el que es tan importante poder crearnos espacios de bienestar en nuestras casas, y es en estos donde los elementos que nos recuerdan a la naturaleza, en concreto las plantas de interior, se convierten en fundamentales. No solo por la función decorativa que tienen nuestros jardines en maceta, también por todos sus beneficios a la hora de mejorar la calidad del aire que respiramos (las plantas ayudan a mantener la humedad ambiental y nos liberan de ciertos tóxicos). Y, en especial, por su efecto para relajar la mente y recargarnos de vitalidad.
En este espacio tan personal, dejar acompañarnos por nuestras plantas y disfrutar viéndolas crecer bonitas y saludables aporta una nota de alegría a nuestros días. Para conseguirlo, a cambio, nos requiere de altas dosis de paciencia, dedicación y, sobre todo, muchas ganas de aprender. Pero como bien sabemos los jardineros optimistas, uno no nace con esta habilidad, sino que se hace, y esto requiere un tiempo de aprendizaje y de práctica. Con ganas de aprender a cuidar mejor de nuestras compañeras botánicas. Deberemos formularnos la siguiente pregunta: ¿qué necesita una planta para ser feliz?
Disfruta del placer de cuidar tu jardín interior
Durante mis talleres de jardinería para el bienestar insisto en que lo más importante es que disfrutes cuidando de tu jardín de interior, que no te exijas en exceso y que te centres siempre en tus fortalezas, y por supuesto, en las de tus plantas. En próximos números ya os contaré de la importancia de centrar nuestra mirada hacia las fortalezas que tienen nuestras plantas. En otras palabras, en las características que las hacen destacar positivamente y no en las que les faltan. La clave es aprender a practicar una jardinería de interior optimista y creativa, en la que, si despiertas todos tus sentidos, el cuidado de tus plantas se convertirá en un acto intuitivo. Las plantas tienen un impacto positivo en nuestra salud y bienestar mayor de lo que piensas. ¡Así que no esperes más y anímate a rodearte de ellas en casa durante todo el año!
Las plantas cuidan nuestro bienestar psicoemocional
- NOS ALEGRAN LA VIDA. Las plantas, y en especial, las que tienen flores nos ayudan a sonreír.
- NOS ELEVAN EL ESPÍRITU. Las plantas nos acercan la belleza de la naturaleza, y su simple presencia es un regalo de paz y plenitud
- NOS SUBEN LA AUTOESTIMA. Ver crecer nuestras plantas bonitas y saludables nos ayuda a creer en uno mismo
- NOS PERMITEN CULTIVAR LA PACIENCIA. Te enseñan a que la naturaleza vive su propio ritmo
- FOMENTAN LAS RELACIONES POSITIVAS. Las plantas nos conectan a los otros.
Plantas de interior ideales para principiantes
Y para aquellos que se inicien en esta bonita experiencia del cuidado de las plantas de interior, os recomiendo una serie de plantas muy populares por ser resistentes y relativamente fáciles de cuidar. Eso sí, siempre y cuando dediquéis un tiempo a observarlas con atención y así procurarles todo lo que necesitan para ser felices. ¡Capacidad que aprenderéis a desarrollar pronto!
- Cactus y suculentas: por su baja demanda de agua.
- Zamioculca: por prosperar con poca luz.
- Monstera: por ser poco exigentes.
- Violeta africana: por su generosa floración.
- Orquídea Phalaenopsis: por dejarse cuidar fácilmente (aunque no lo creas).
Reglas de oro para unas plantas felices
1. Infórmate bien de sus necesidades básicas y condiciones idóneas para su crecimiento. Para las plantas de interior, la luz es el factor más importante a considerar: las plantas con flores u hojas de tonalidad verde claro, coloreadas y/o variegadas tienen mayores necesidades de luz. También las que tienen hojas finas o pequeñas. Después, estate atento al nivel de humedad y de aire (alrededor de las hojas, pero también en las raíces). El exceso de riego y la falta de aire en las raíces es el principal motivo de la muerte de las plantas de interior. Un buen sustrato te ayudará a controlar estos factores.
2. Proporciona a tus plantas la temperatura y cantidad de agua que requieren, en función de si se encuentran en fase de crecimiento o bien en el periodo de reposo vegetativo. Riega con mayor frecuencia en primavera y verano, y ve reduciendo paulatinamente los riegos durante el otoño y más aún invierno. Riega por las mañanas evitando mojar hojas y flores (evitarás el crecimiento de hongos).
3. Utiliza contenedores con agujeros de drenaje y solo riega cuando notes seca la parte superior del sustrato. No te olvides de retirar el agua sobrante que pueda quedar en el fondo de los recipientes.
4. Asegúrate de que tengan una buena ventilación. La falta de aire fresco las hace más susceptibles a la pudrición.
5. Mantenlas libres de polvo. Aumentará la cantidad de luz que reciben las plantas porque mejorará la eficacia de los cloroplastos (encargados de realizar la fotosíntesis) y de los estomas (responsables de la respiración).
6. Proporciónales la cantidad justa de abono, y solo a partir de la primavera y hasta principios de otoño. Utiliza el abono más adecuado para ellas (abono para orquídeas, plantas en flor, plantas verdes, etc.). Cuando descienden las temperaturas también lo hace el crecimiento de las plantas y por lo tanto sus necesidades de nutrientes.
7. Retira periódicamente las hojas y flores secas. Evitarás que sean un foco de atracción para los hongos.
8. Inspecciónalas semanalmente para detectar a tiempo la presencia de plagas y enfermedades. Una lupa te será de gran ayuda.
Si quieres conocer más acerca de los beneficios de las plantas de interior, no te pierdas este artículo en el número 302 de tu revista Mi Jardín y de todos los consejos que nos regala Eva Creus, también conocida como Eva Happy Verde. Ella, además de ser veterinaria y directora de Plantas para la Vida (www.plantasparalavida.com), es terapeuta hortícola formada en el Reino Unido y Estados Unidos y cofundadora de la Asociación Española de Horticultura Social y Terapéutica (www.aehjst.org).