Para conocer el riego de las plantas de interior, conviene saber que no hay una regla fija. Cada planta tiene sus propias necesidades. Ahora bien, se pueden establecer unas pautas comunes en diferentes casos para facilitar la tarea. Las reunimos aquí. Lee, lee.
El tipo de planta, su tamaño, la luz que recibe, la temperatura a la que esté sometida y, sobre todo, la época del año, influyen en el riego que necesitan tus plantas. En invierno, por lo general, debe ser menor que en verano, aunque en una habitación con calefacción el aporte debe ser moderado, ya que en estos casos el descanso vegetativo es difícil.
Toca siempre el sustrato antes de añadir agua
Riega los ejemplares de hoja, solo si están secos. Pero los de flor, antes de que se sequen del todo. En el caso de una estancia sin calefacción, donde la temperatura es más bien fresca, las plantas se encuentran en pleno reposo invernal y prefieren mantener el sustrato seco, mejor que empapado. Recuerda que siempre es más fácil rectificar un riego escaso que el encharcamiento, la primera causa de muerte entre las plantas de interior.
3 maneras de actuar
1. USA UNA REGADERA DE CUELLO FINO
Vierte el agua directamente sobre el sustrato con una regadera de cuello no y largo, llegará con facilidad a la tierra sin salpicar. Procura no echarla sobre las hojas ni sobre las flores. Pero si queda agua sobrante en el plato, retírala.
2. RETIRA LOS TALLOS AL REGAR
Cuando riegues una planta en flor, aparta los tallos con la mano, sobre todo si se trata de plantas muy tupidas. Es importante saber que el agua no debe salpicar las hojas, tallos o ores para que no queden manchas.
3. NO SALPIQUES LAS FLORES
Al hilo de esto último, y para que no salten las gotas de agua, utiliza una pera para regar las plantas de flor. Estas son ahora las más sensibles.
RIEGO ESCASO
Un riego al mes será más que su ciente para aquellas plantas que necesitan poco agua. Deberás dejar que se seque casi por completo la parte superior del sustrato. Echa un poco de agua en la super cie de la maceta hasta que se moje sin dejar que rebose por los agujeros de drenaje. Comprueba con un palo la humedad de la tierra. Asegúrate de que toda ha quedado húmeda; si no es así, añade un poco más.
A qué plantas proporcionárselo:
- A las de raíces gruesas y carnosas.
- A las de hojas gruesas en descanso invernal.
- A las suculentas y a los cactus.
- A las que necesiten un periodo de reposo (como el geranio).
RIEGO MODERADO
Para regar con moderación, añade agua hasta mojar todo el sustrato, pero sin encharcarlo. Antes de hacerlo, comprueba que la parte superior de la tierra está seca.
Una planta que necesita un riego moderado debe regarse en el momento en que la capa superior de la tierra (un centímetro) esté seca. Añade agua en la superficie del sustrato, permitiendo que se moje, pero sin que se empape. Es decir, sin llegar a acumularse.
A qué plantas proporcionárselo:
- A la mayoría de las de hoja (que no dan flores).
- A las que tienen un follaje espeso y áspero (suculentas, cactus y algunas palmeras de interior).
- A las que se encuentran en jardines plantados en el interior de botellas y en terrarios.
RIEGO ABUNDANTE
La tierra debe mantenerse siempre húmeda, sin que llegue a secarse la super cie. Suelen ser plantas de ambientes muy calurosos o en habitaciones con chimenea o calefacción.
Echa agua en la superficie de la tierra de la maceta hasta que salga por los agujeros de drenaje del fondo del recipiente. Cuando el agua deje de salir por los orificios, vacía el platillo antes de volver a colocar la planta en su emplazamiento.
A qué plantas proporcionárselo:
- A las que están en un lugar con calefacción.
- A las especies de hojas finas y delicadas, y a las de hoja muy grande.
- A las de hojas por brotar y flores por abrir.
- A todas en or (menos cactus y crasas).
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