Estamos a mediados de primavera y ya se han iniciado los ataques de las orugas de la polilla del boj (Cydalima perspectalis) sobre los bojes de parques y jardines de las zonas afectadas por la plaga. Las orugas invernantes de esta mariposa nocturna comenzaron a alimentarse con la llegada de la primavera. Enseguida, se apreciarán daños significativos en las plantas infectadas.
Texto y fotos de Fernando Hortelano Vázquez de Prada, ingeniero agrícola, paisajista
y director de Acanto. Jardinería y Paisajismo, en Oviedo.
Se trata de una plaga, originaria del este de Asia, que llegó a Alemania en el año 2006 en partidas de plantas importadas de oriente. Desde allí se extendió a toda Europa. Apareció en el norte y este de España en 2014 y, en la actualidad, la encontramos por toda la cornisa cantábrica: País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. También hacia el nordeste: Navarra, Aragón y Cataluña, donde la plaga ha afectado mucho a los ecosistemas naturales. Y en Madrid, donde, en el año 2019, se detectó en el Real Jardín Botánico. Durante el 2022 apareció en jardines privados de las urbanizaciones del norte de la capital.
Esta especie invasora ha causado daños gravísimos a las poblaciones naturales y cultivadas de boj en toda Europa y en las zonas de España atacadas. Entre ellas destacan los bosques de las comarcas catalanas de Osona, Ripollés y Garrocha, por ejemplo. Por eso, se la considera una grave amenaza para los ecosistemas donde el boj está presente y, por supuesto, para los bojes cultivados en jardines. Especialmente para los jardines históricos donde los setos y topiaria de boj forman parte esencial de su estructura y composición.
¿Por qué la oruga del boj causa gran alarma?
La alarma generada ha sido tal que su presencia obligó al cierre de parques para su tratamiento en Galicia. La extrema peligrosidad de la polilla del boj radica no solo en la voracidad de las orugas, si no, sobre todo, en su capacidad para tener varias generaciones al año. Además, en la ausencia de enemigos naturales que puedan limitar sus poblaciones en nuestra zona. Curiosamente, aquí solo es atacada por la avispa asiática (Vespa velutina), otra plaga invasora procedente de la misma zona geográfica.
Tiene un ciclo vital que aumenta su peligrosidad
La polilla del boj pasa el invierno en fase de oruga, escondida en la parte interna de las plantas y protegida por hojas enrolladas. Cuando llega el buen tiempo, las orugas despiertan y comienzan a alimentarse vorazmente de las hojas tiernas. Lo hacen defoliando zonas de la planta hasta que forman un capullo sedoso y se transforman en polillas en su interior. Las polillas emergen de los capullos y se desplazan volando. Machos y hembras se encuentran mediante la emisión de feromonas. Luego, se aparean y realizan las puestas de huevos en las hojas interiores de las plantas durante los 10 días siguientes a su aparición. Los huevos eclosionarán inmediatamente y las pequeñas larvas empezarán a devorar las hojas de los bojes donde se efectúen las puestas. Para entonces, conviene estar preparados y comenzar a dar los tratamientos inmediatamente.
Este ciclo se repite tres o cuatro veces desde la primavera hasta la llegada de los días cortos del invierno, por lo que la población de orugas de polilla del boj se multiplica de forma exponencial si no se controla de algún modo. Al multiplicarse tanto, pueden defoliar completamente las plantas e incluso llegar a matarlas al alimentarse también de la corteza.
Si no se detecta la invasión…
Es fácil detectar la presencia de la plaga en plantas débiles o que llevan tiempo siendo devoradas, pues se aprecian a simple vista las partes defoliadas, hojas mordidas o esqueléticas, hilos sedosos, bolitas verdes de excrementos, hojas enrolladas formando nidos e incluso las orugas de distintos tamaños en plena actividad.
Es más difícil verlas cuando los bojes están muy sanos y bien podados ya que las larvas se alimentan y refugian en las partes interiores de la planta. Si detectamos indicios de su presencia, como son zonas de hojas con los brotes comidos o con hilos sedosos, será necesario abrir la masa de hojas y buscar en el interior.
Si encontramos una sola oruga, lo más seguro es que la planta esté infestada, ya que la polilla del boj adulta hace puestas de entre 5 y 20 huevos en el envés de las hojas y cuando éstos eclosionan nacen las pequeñas orugas que se dispersan en un radio de 20 cm. alrededor de ese punto.
Un medio eficaz para detectar la presencia de polillas y controlar su número es la utilización de trampas con cebo de feromonas. Estas feromonas son sustancias que atraen a los machos de la especie y que permite capturarlos al inicio de los vuelos. Los primeros vuelos pueden producirse a partir de mayo y, en función de la climatología, repetirse dos o tres veces durante la temporada.
La colocación de un número suficiente de trampas con feromonas cumple la doble función de aviso del inicio de la plaga y, por tanto, del inicio de los tratamientos, así como de control de la misma mediante la captura masiva de polillas.
¿Y si no se combate pronto?
La detección temprana de los vuelos de la polilla del boj mediante observación visual o trampeo nos permitirá el control biológico de este insecto. Este solo es posible actualmente en las fases larvarias iniciales, y se realiza mediante el tratamiento con Bacillus thuringiensis, una bacteria que produce la muerte de la oruga en pocas horas cuando es ingerida por ella. Este insecticida biológico es respetuoso con el medio ambiente ya que es selectivo, no afecta a las especies de insectos útiles y no es tóxico.
También están autorizados los tratamientos con sustancias químicas similares al piretro (piretroides) y naturales como
el aceite de parafina y la azadiractina. A veces no queda más remedio que utilizarlos cuando sobre la misma planta se vean insectos en distintas fases larvarias e incluso pupas.
Estos productos son menos selectivos y su aplicación indiscriminada es una amenaza para los insectos útiles como las abejas. Se recomienda su utilización al amanecer o al atardecer, aplicar lejos de los macizos de flores donde liban y en condiciones de ausencia de viento y con temperatura templada.
Otra amenaza para el boj: el tizón
En la cornisa cantábrica se ha unido a la plaga de polilla la peste del tizón del boj. Esta enfermedad causada por el hongo Cylindroclaudium buxicola prospera muy bien en el clima húmedo y templado del norte de España, donde ha causado la muerte de setos de boj históricos de gran valor en varias zonas de Galicia.
La enfermedad es difícil de identificar en sus estadios iniciales ya que aparecen unas pequeñas manchas aceitosas en las hojas, a las que sigue su caída y consiguiente defoliación de la planta. Por último, esta llega a morir cuando el hongo afecta a los tallos.
No tiene tratamiento, por lo que solo es posible la prevención. Esto se hace mediante una limpieza exhaustiva de las herramientas de corte, la retirada de las hojas secas bajo los bojes (el hongo llega a vivir tres años en esas hojas), el corte y la quema de las ramas afectadas, la poda de aireación de los setos, el mantenimiento de plantas vigorosas. Y, muy importante, evitar la introducción de plantas o tijeras contaminadas en el jardín.
Hay alternativas al boj en plantaciones nuevas
Dado que es necesario dar los tratamientos año tras año, si no queremos que los bojes sean destruidos, se está dejando de plantar boj para setos en los parques y jardines de nueva creación en las zonas afectadas. Para sustituirlo existen algunas especies arbustivas siempre verdes inmunes a la plaga. Estas responden muy bien a las podas, tienen características de crecimiento y cultivo muy parecidas al boj, son de hoja pequeña y su apariencia es parecida. Principalmente se están utilizando el Acebo japonés (Ilex crenata), el Evónimo de hoja estrecha (Euonimus pulchellus) y alguna otra especie como la Madreselva de hoja (Lonicera nitida).
FERNANDO HORTELANO VÁZQUEZ DE PRADA es ingeniero agrícola y paisajista, con más de 35 años de experiencia como director de Acanto. Jardinería y Paisajismo, en Oviedo. También es asesor en gestión integrada de plagas del Principado de Asturias. Redacta el blog de Acanto www.acantojardineria.es.
En Instagram: @fernandohortelano.
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