Las rosas son las flores de la temporada. No solo en el jardín sino que en balcones, terrazas, un patio, un porche, y, cómo no, también en tu casa. Pueden ser trepadoras o en arbustos. Cualquiera que sea su formato, darán un color y una vida indiscutibles a tu jardín Las puedes ver en su máximo esplendor en estos meses. Pero no hay que olvidarse de sus cuidados y conocer bien las plagas que las enferman para poder prevenirlas.
ROYA
Esta enfermedad suele aparecer en primavera, cuando el tiempo es húmedo. El hongo, que permanece en la tierra durante el invierno en forma de esporas, empieza afectando a las hojas más bajas. Se puede combatir retirando las hojas dañadas y pulverizando con caldo bordelés, una mezcla de sulfato de zinc y cal muerta, o con un buen fungicida.
MANCHAS NEGRAS
Se debe al hongo Marssonina. Estas manchas aparecen sobre todo en veranos muy calurosos y húmedos, de modo que hay que evitar mojar el envés de las hojas al regar, ya sea con manguera o con aspersor. Retira todas las hojas manchadas y trata la planta con caldo bordelés o un fungicida a finales de octubre y comienzos de marzo.
EL OÍDIO
Esta enfermedad común, también llamada mal blanco, se debe a un hongo que aparece con tiempo seco y caluroso. Puede invadir toda la planta. Algunas variedades de rosas son muy sensibles a él, sobre todo cuando están plantadas delante de una pared orientada al sur. Estas es mejor situarlas en un lugar en semisombra.
PULGÓN
Raramente representa un verdadero peligro para los rosales. Elimínalo con un chorro de agua, pulverizando agua con jabón natural o con un acaricida.
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