Raquel Dafouz siempre ha estado vinculada a la agricultura y al medio ambiente. Ha ocupando puestos como investigadora, vendedora de productos de jardinería y actualmente como técnico de Asuntos Regulatorios en SBM Iberia. Le fascina la horticultura y hemos hablado con ella para saber todo acerca de la fertilización ecológica, que aún genera algunas dudas en el sector. Los profesionales de SBM Life Science son expertos en la materia con marcas pioneras en la jardinería natural como Solabiol. Esto es lo que nos han explicado Raquel.
¿Qué se consigue mediante la fertilización ecológica?
El suelo es un recurso no renovable que requiere un uso responsable, ya que está expuesto a procesos de degradación por erosión, contaminación, salinización
o deterioro de la fertilidad. Como todos sabemos, los abonos o fertilizantes son productos para proporcionar nutrientes a las plantas.
Los fertilizantes que pueden utilizarse en la producción ecológica no solo se ajustan a lo dispuesto en las legislaciones pertinentes sobre productos fertilizantes. Además, solo pueden utilizarse con arreglo a determinadas especificaciones y restricciones de uso. Esto significa que, por ejemplo, un fertilizante que contenga estiércol desecado y gallinaza deshidratada o cáscaras de huevo, no puede proceder de ganadería intensiva. Por otra parte, si el abono contiene serrín y virutas de madera, la madera no podría haber sido tratada químicamente después de la tala (Anexo 2, Reglamento (UE) 2021/1165).
Estas decisiones promueven una producción sostenible y aseguran un suelo fértil para las próximas generaciones. Por eso, si fertilizamos en base a estos principios ecológicos, además de aportar nutrientes a la tierra, estaremos respetando el medio ambiente, mejorando la estructura y propiedades del suelo. Y aumentaremos también la actividad de microorganismos beneficiosos que viven en él.
¿Cuándo conviene optar por la fertilización ecológica frente a la convencional o química?
Si consideramos que la fertilización convencional o química es aquella que utiliza fertilizantes o abonos sintéticos que han sido obtenidos mediante extracción o mediante procedimientos industriales de carácter físico o químico, optar por un tipo u otro siempre dependerá de nuestras prioridades y necesidades agronómicas.
De este modo, podemos optar por una fertilización ecológica cuando queremos obtener alimentos de plantas que hayan aprovechado al máximo los recursos naturales. O, simplemente, porque queremos tener una producción más sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Estos fertilizantes son ideales para jardines y huertos familiares. También para los educativos, sobre todo, de la concienciación social y ambiental que hay detrás de este tipo de productos.
¿Se usan de la misma manera?
Sí. Hoy en día, tanto los ecológicos como los sintéticos se pueden usar de la misma manera. Eso sí, siempre siguiendo unas normas establecidas en cuanto a cantidad de fertilizante que hay que administrar por área, frecuencia o momento específico de aplicación. Esto es, dependiendo del desarrollo del cultivo para aprovechar al máximo sus propiedades nutritivas.
¿Qué diferencia hay en cuanto a resultados?
Los fertilizantes convencionales pueden ser una solución rápida y eficaz para solucionar un problema nutricional puntual en nuestras plantas a corto plazo. Una fertilización ecológica puede mostrar su eficacia de forma más pausada, pero también sabemos que además de nutrir las plantas, estamos mejorando la calidad de nuestro suelo. ¿Por qué? Mayor asimilación de nutrientes y agua, y por tanto de nuestra futura producción.
Además, una nutrición adecuada y a tiempo puede prevenir efectos indeseados en nuestras producciones. La fertilización debe de convertirse en una de nuestras prioridades.
Siempre debemos tener en cuenta que una fertilización de calidad hará que nuestras plantas crezcan más fuertes y sanas, protegiéndolas así del estrés frente a condiciones climáticas adversas o haciéndolas más resistentes frente a plagas y enfermedades.
De esta forma, si mantenemos un suelo equilibrado en cuanto a condiciones físicas, químicas y biológicas, nos ahorraremos tener que luchar frente a efectos indeseados de plagas y enfermedades, para los que tendremos que utilizar productos específicos para combatirlos.
Aparte de ser más respetuosa con el planeta, ¿la fertilización ecológica tiene más ventajas?
Cada vez son más las personas que se animan a probar a cultivar sus propias verduras y hortalizas. Buscamos reencontrarnos con la naturaleza, saber de dónde proceden nuestros alimentos. Los fertilizantes ecológicos nos acercan a ese estilo de vida. No solo estamos respetando la naturaleza, sino que estamos volviendo a dar valor a productos como la gallinaza, el guano o la lana. Estos recursos, posiblemente serían desechados; en cambio, los revalorizamos.
Por eso, aparte de las ventajas ambientales, están las sociales. Como ya hemos dicho, este tipo de productos están ligados a una concienciación ambiental que suele originarse y compartirse tanto en las familias como en los huertos comunitarios.
En el huerto, compartimos experiencia, sabiduría y con tiempo, compartiremos tomates, lechugas y uvas producidas y cosechadas por nosotros mismos con el sabor y la frescura de la verdura de siempre.
¿Hay diferencias entre los fertilizantes BIO que podemos encontrar en el mercado?
Saber identificar las necesidades de nuestras plantas es algo esencial para elegir qué tipo de fertilizante debemos usar. Así como cada planta necesita una cantidad distinta de agua o de luz, también necesitará una fertilización con más o menos niveles NPK.
En el mercado podemos encontrar fertilizantes universales que cubren las necesidades nutricionales básicas de las plantas como Solabiol Fertilizante Universal, que es apto para hortalizas, frutas, flores, plantas verdes o incluso aromáticas y muy sencillo de usar ya que solo es verter una pequeña cantidad de producto en agua y con eso regamos directamente.
Por otro lado, también podemos encontrar fertilizantes específicos como Solabiol Fertilizante Cítricos o Tomates, en formato granulado y diseñados especialmente para cubrir las necesidades propias de estos cultivos con altos niveles de potasio para favorecer el crecimiento de flores y frutos y que, además, contiene estimulantes de raíz que hacen que nuestras plantas crezcan mejor y tengan una producción más abundante.
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