La rocalla es un espacio donde se combinan piedras y vegetales en un precioso juego de formas y colores.
Aprovecha las condiciones naturales de tu jardín —como una parte elevada o una pendiente con rocas y piedras— para diseñarla. Es decir, puede ser artificial o natural. En el primer caso, se trata de la fórmula idónea para conseguir un espacio original, con personalidad propia. Para el segundo solo hay que sacar partido a los elementos ya existentes. En todo caso, deberás tener en cuenta las condiciones del jardín para saber qué especies puedes adoptar: de roca, alpinas, crasas, aromáticas…
Una rocalla evoca la montaña, que se toma como punto geográfico de referencia. Una ligera pendiente ofrece la perspectiva más apropiada para lograr el efecto
que se persigue. Los muros y paredes colaboran. Y la orientación al sur o sureste y su ubicación al abrigo de los vientos conferirán al proyecto las piezas básicas del éxito. La proximidad relativa de algunos árboles no perjudicará a las plantas de roca, que se sienten cómodas con cierta sombra.
Cuando se trata de crear el jardín de rocalla en un espacio limpio, habrá que empezar por preparar el suelo. Como el más adecuado es el suelto, rico y bien drenado, bueno será remover y abonar.
Rocas, las del lugar
Lo más lógico, y probablemente más barato, será elegir rocas del lugar, pues con seguridad serán las que mejor se acomoden a la estructura del conjunto. Si tienes que comprarlas, no olvides esa condición de sintonía con el entorno. La arenisca suele ser la más indicada. En cualquier caso, el proyecto trata de imitar a la naturaleza y esta consigue, con el paso del tiempo y la intervención de los agentes climáticos, que las rocas resulten como se las contempla en el monte o en el campo: agrietadas, puntiagudas, agujereadas, musgosas. Así deben aparecer en este jardín. Además de las rocas de granito, areniscas o calizas, existen las de toba y las volcánicas, con las que igualmente es posible diseñar un jardín de rocalla.
DAPHNE CNEORUM
Arbusto perennifolio que florece entre abril y junio. Crece en semisombra o a pleno sol. Plántalo en invierno en zonas cálidas.
DJANTHUS BARBATUS
El clavel del poeta florece en primavera a pleno sol. Siémbralo en el terreno definitivo en otoño, algo protegido.
ERINUS ALPINUS
De manera continua, florece de mayo a agosto. No soporta la sombra. Adora y recubre las piedras con gracia.
IBERIS SEMPERVIRENS
Florece en primavera a pleno sol. Siémbralo entre finales de primavera-verano. Importante, la poda después de la floración.
LOBELIA ERINUS
Florece de primavera a otoño (e invierno, protegida). Elige exposición sol o sol-sombra. Siembra a finales de primavera en el suelo.
PHLOX SUBULATA
Vivaz alta, florece en primavera. Su exposición va del pleno sol a la semisombra. Siémbrala en otoño con protección.
SAXÍFRAGA STOLONIFERA
Florece en primavera. Elige para ella semisombra; evita el sol directo. Siembra en otoño y planta en primavera, junto a las piedras.
Los 10 consejos más valiosos para crear tu rocalla
- Busca un lugar al solo semisombreado.
- Escoge un tipo de suelo franco-arenoso, rico en materia orgánica.
- Mantén unos niveles de pH no superior a 7.
- Coloca un sistema de riego que no erosione.
- Elige plantas alpinas o crasas (de fácil mantenimiento) y complementa la colección con especies menos habituales.
- Estudia la época de floración de cada especie para tener color todo el año.
- No se deben utilizar plantas poco apropiadas para los jardines de rocalla, como las camelias, las hortensias… Estas especies son de clima atlántico y nada tienen que ver con un jardín de rocas de montaña.
- Si quieres colocar algún árbol, piensa en el futuro. Con el tiempo, las raíces invadirán todo el suelo y será difícil que progresen otras plantas. Si se colocan Coníferas, es aconsejable que sean de desarrollo pequeño y lento. Los árboles de lento crecimiento son los mejores y a la larga ofrecen los resultados más ventajosos.
- El color verde en todas sus tonalidades da personalidad a la rocalla. Hay que tener en cuenta que en determinadas épocas del año la floración es escasa y estas plantas verdes son un apoyo muy importante para mantener interesante el jardín.
- La selección de las piedras es un trabajo minucioso. La roca ha de imitar a la naturaleza; su forma, color y ubicación deben pasar inadvertidos.
Si quieres saber más acerca de cómo crear y desarrollar una rocalla en tu jardín, no te pierdas este artículo publicado en el número 307 de la revista MI JARDÍN. Para conseguirlo, llámanos al 916326257 o escríbenos a suscripciones@revistamijardin.es