La clave es que en esta época tus macetas estén bien hidratadas, pero como, seguramente, se quedarán algunos días solas, te contamos ideas para que necesiten menos de tus cuidados y puedas regar menos.
Macetas grandes, no pequeñas
Con menos de 15 cm de ancho, las macetas se secan pronto y dejan poco espacio para las raíces. Para regar menos, opta por jardineras hondas y macetas de al menos 20 cm de diámetro, si es preciso, combinando plantas crasas, muy austeras, con ores o arbustos para que luzcan todo el año.
Elige una tierra rica y consistente
No escatimes con la tierra. En general, las tierras de marca son más caras, pero mucho mejores que las de “promoción” a base de turba oscura, que se seca muy pronto después de regarla, o de restos de madera que pueden contener residuos de pesticidas perjudiciales para el crecimiento de la planta. Las tierras vegetales de buena calidad son a base de compost de hojas, o incluso de turba rubia, aunque esta es cada vez más escasa debido a que su extracción plantea problemas ecológicos (los yacimientos son limitados). Por eso, para tener que regar menos, una tierra vegetal buena huele bien, es de textura suave, blanda y lo bastante consistente para retener la humedad y los fertilizantes.
Incorpora al sustrato bolas humidificantes o de hidrogel
Estas bolas, inspiradas por la función ultraabsorbente de un material inventado como relleno de los pañales para bebés y parecidas a la tapioca cuando están secas, se transforman en una masa gelatinosa en contacto con la humedad. Y una gran ayuda para regar menos. Una cucharada sopera mezclada con la tierra del fondo de una maceta de 20 cm de ancho libera el agua durante una semana, más o menos, pero hay que procurar que no asciendan a la superficie, por ejemplo al remover la tierra, ya que entonces no solo pierden sus propiedades, sino que los fragmentos gelatinosos mezclados con la tierra no resultan estéticos. Ventajas: son adecuadas para todas las plantas y duran tres o cuatro años. Inconveniente: su precio es elevado.
Usa telas absorbentes
Se trata de trozos de tela gruesa que se colocan en el fondo de las jardineras. La tela se empapa de agua y más tarde la va liberando progresivamente, pero esta humedad constante no es del agrado de las plantas originarias de zonas secas. Los geranios (pelargonios), por ejemplo, al llegar el otoño se pudren en contacto con este material. Las telas en general se venden precortadas, lo que limita su uso a las jardineras o los recipientes previstos por el fabricante.
Acolcha con minerales
En centros de jardinería encontrarás una amplia oferta de guijarros, grava, bolas de cristal y de arcilla, trocitos de pizarra o de ladrillo. Son interesantes la piedra pómez y la puzolana; unos materiales ligeros y limpios. Evita la grava fina, porque se mezcla de inmediato con la tierra, perdiendo eficacia y belleza. Observarás que bajo las piedras o la grava el suelo está húmedo, incluso en plena canícula. Además, los materiales más ligeros, como la piedra pómez, resultan más estables que los empajados vegetales, que se los lleva el viento o se escapan al regar.
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