Por Pepe Plana
Fotos: Covadonga Gala
Tapizantes, discretas, amantes de los suelos algo alcalinos y, sobre todo, de la sombra, las violetas se adueñan de tu tierra ahora… y de tu corazón. Si paseando por tu jardín, en un área más bien intrincada, bajo viburnos o madroños, por ejemplo, descubres unas ínfimas flores azules (exactamente violetas), de no más de 5 a 10 cm de altura, con hojas acorazonadas, te ha tocado agacharte a ras de suelo y oler esas corolas, porque podrían ser ¡violetas silvestres! Y serías uno de esos suertudos a los que han decidido acompañar.
El género viola, guía de utilización
Disfrutar cada año de estas deliciosas florecillas cerca de ti es de lo más sencillo. En realidad solo necesitas un emplazamiento al exterior; tras eso, ya puedes elegir tu Viola más adecuada.
Violeta dulce o de olor (Viola odorata)
No es fácil encontrarla en los centros de jardinería, ya que su dificultad de cultivo y su pequeño tamaño, además de su corta duración en flor hacen que no sea muy rentable la puesta en el comercio. Lo ideal para conseguir esta exquisitez en tu jardín es que te hagas con unas matas del jardín de un amigo o incluso de un sotobosque o una zona ruderal en donde se halle en abundancia (siempre sin esquilmar, extrayendo únicamente un tanto por ciento insignificante de vegetación). Lleva tu tesoro a la sombra, bajo arbustos de tendencia alcalina, madroños, bérberis, viburnos…, y planta ahí las matas para intentar naturalizarlas para años venideros.
Viola de flor (Viola cornuta)
Esta pequeña violeta sin perfume, de floración extensa durante medio invierno y media primavera, con colores sólidos y tamaño exiguo te vendrá muy bien para los dos siguientes cometidos:
- Alféizares de tus ventanas, plantadas en jardineras, llenando de alegría y vida tu casa. Para ello, utiliza un sustrato universal para exterior y vigila que no les falte agua si se encuentran bajo voladizo (si no les llueve a menudo).
- Macizos del jardín en áreas pequeñas, plantadas en colores “agrandadores”, blanco, azul, amarillo… La densidad de plantación debe ser elevada, ya que no cuentan con tendencia ahijadora, es decir, a extenderse de forma horizontal. Estaría bien, por ejemplo, 25 unidades por metro cuadrado. Estas Viola cornuta soportan la sombra y siempre funcionan bien, ya que son resistentes a insectos y virus.
Pensamiento (Viola tricolor)
Aquí tienes la Viola más grande, colorida y prolífica de todas. Es una flor asimétrica de cinco pétalos; dos superiores, a veces soldados en forma de estandarte, dos laterales, velas o alas, y un pétalo inferior, labio o labelo, que es la quilla del hipotético barco. La quilla y las velas son las portadoras de increíbles jaspeados, mientras los estandartes superiores suelen ser lisos. Hay pensamientos con enormes pétalos asimétricos que se ven a distancia y llenan los macizos por su facultad propagadora en horizontal, gracias a sus hijuelos. La duración en flor también es importante. Los pensamientos, plantados en arriates o platabandas al sol, en tierra bien estercolada y mullida, y sin que les falte el agua, podrían permanecer floridos desde noviembre y diciembre hasta marzo y abril, todo un récord… Una densidad de plantación ideal es 16 ejemplares por metro cuadrado.
Los 5 cuidados básicos
La plantación: en otoño. Las violetas florecen en invierno y parte de la primavera. Algunas especies son más extendidas en su despliegue (pensamientos) y otras mucho más efímeras (violeta dulce, silvestre o de olor). Como término medio, un buen mes de plantación es octubre.
El emplazamiento: sombra y sol-sombra. Las violetas de olor son las típicas ores de umbría, que tapizan el suelo bajo los arbustos, mostrando sus florecillas a la sombra total. En cambio, las violas y los pensamientos necesitan los rayos del sol durante unas horas al día, siendo una exposición ideal el este.
El terreno: poco exigente, de jardín. Al tratarse de un género con muchos componentes silvestres, como la violeta dulce, estas plantitas no son nada exigentes en fertilidad y textura del suelo, conformándose con una tierra de jardín, lo más vegetal y menos pedregosa posible. Los acolchados les vienen bien.
El riego: el suelo, siempre húmedo. Resulta un fallo muy común y lamentable olvidar el riego de las violetas, solo porque aparecen de manera silvestre en los sotobosques del jardín. Si no se humedecen de manera constante, llegan a desaparecer esa temporada y la siguiente aparecerán de forma menos vigorosa.
Multiplicación: siembra y esqueje. Lo normal para multiplicar violetas y pensamientos es proceder a su siembra en agosto, para repicar o poner en tiesto en septiembre, y plantar directamente en el suelo del jardín en octubre-noviembre. También puedes esquejar pensamientos a mediados de su ciclo vital (principios de primavera), a partir de brotes no florecidos.
Pepe Plana es ingeniero agrícola, paisajista, y asesor de Jardinería y Paisajismo de la revista Mi Jardín.
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