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Cestas colgantes

by Redacción

Ideales para decorar terrazas y porches, permiten muchas posibilidades durante todo el año, si sabes elegir las especies y pones en práctica estos trucos para plantarlas y mantenerlas. Toma nota.

Lo bueno que tiene plantar en cestas es que puedes cambiar su contenido según la temporada y mantener así su belleza. Si no lo haces, es mejor que la dejes vacía hasta que tengas tiempo de renovar con nuevas especies, pues una planta seca no es la mejor bienvenida a tu hogar. Te recomendamos que uses especies pequeñas y rastreras, pero descarta las de tallos largos y frágiles.

Las hay para cada época del año:

  • Para el otoño: opta por el cotoneaster rastrero, los crisantemos y senecios.
  • En invierno: puedes combinar Coníferas (como enebros enanos, pidea blanca…) con hiedra.
  • Para la primavera: prímulas y pensamientos.
  • Y en verano: gitanillas, capuchinas, verbenas, fucsias o petunias.

Recipientes y composiciones

Ten en cuenta que las cestas pequeñas se secan antes al contener menos sustrato. Lo más recomendable son las que miden entre 30-40 cm de diámetro, y que cuanta más profundidad tenga, mejor crecerán las plantas (sin pasarse, porque puede llegar a pesar demasiado).

Los recipientes más fáciles de mantener son los de resina con depósito para el agua y los de alambre. Los de mimbre son menos duraderos, pero permiten plantar por los laterales. La fibra de vidrio también es ideal, porque es muy ligera, resistente e imita muy bien al barro cocido pero sin su peso.

En una cesta de 40 cm puedes combinar bastantes ejemplares y hacer composiciones realmente bellas. Para ello recuerda que los de mayor tamaño deben colocarse en el centro, para que destaquen y no tapen a las más pequeñas. Las colgantes plántalas en la zona exterior, a lo largo de la zona del borde de la maceta, para que puedan crecer hacia fuera sin estorbar al resto. Eso sí, ten en cuenta las necesidades de las plantas, pues no puedes combinar ejemplares que requieran de mucho sol con los de umbría, o con diferente tolerancia al viento. Por último, ten en cuenta que el reflejo de un muro soleado resecará antes el sustrato, y que los vientos muy fuertes pueden llegar a tirar el recipiente si no está bien asegurado.


La plantación

  1. Apoya la cesta sobre un recipiente.
  2. Pon el forro en la base y empieza a trabajar por los lados. Si el cesto es de alambre o mimbre, fórralo con fibra de coco, musgo, polietileno o cartón para que no gotee. Una buena idea es poner en la base un plato de plástico para que actúe como depósito de agua (no necesita agujeros).
  3. Añade compost hasta el nivel del forro y coloca las plantas sin sacarlas de sus recipientes para que te hagas una idea de la composición antes de plantar.
  4. Comienza con las de los lados para acabar colocando en el centro la más grande. Cuando sepas la combinación definitiva, comienza a plantar.
  5. Saca los ejemplares de sus tiestos originales e introdúcelos en el compost afirmando bien. Asegúrate de que el forro cubre todo el tiesto, para que al regar el agua no se lleve la tierra y gotee.
  6. Riega de forma abundante y coloca la cesta en un lugar sin sol durante los primeros días antes de colgarla en la terraza o el porche.

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