¡Toca cambio de maceta! A las plantas en flor a menudo les cuesta aclimatarse, ya que están acostumbradas a riegos frecuentes y regulares acompañados de abonados, un programa vital sobre todo si las cultivamos en macetas. Fíjate cómo aclimatarlas fácilmente y para conseguir que duren mucho.
1. El primer paso para el cambio de maceta es sumergir la planta en un cubo con agua fresca hasta la base de los tallos. Déjala en remojo toda la noche, así le das tiempo a que se refresque e hidrate bien.
2. Elige una maceta 10 cm más ancha y más alta que la de origen. Llénala con tierra vegetal de marca hasta 1/4 de su altura y riégala copiosamente hasta que la tierra y la cerámica queden saturadas de agua. El cambio de maceta debe garantizar más espacio.
3. Haz caer la tierra vieja con un tenedor, y, si es preciso, corta las raíces demasiado largas con un cuchillo bien afilado o tijeras. Luego coloca la planta en el centro de la nueva maceta, de modo que su cuello quede a unos 3 cm del borde superior de la maceta. Llénala con la misma tierra, si es posible mezclada con 1/3 de tierra de jardín, hasta 3 cm por debajo del borde para cubrir con un empajado protector.
4. Coloca un plato bajo la nueva maceta y rocía generosamente
la planta con una alcachofa fina. Con el cambio de maceta, asegúrate de que el plato sea acorde en tamaño.
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