Elaborar uno de los mejores fertilizantes para nuestras plantas es fácil, económico y ecológico. Para el vermicompostaje no es necesario hacer grandes despliegues, tener jardín o, incluso salir de casa. Nuestros amigos de Cultivarte Agroambientales nos cuentan qué necesitamos y cómo empezar.
Por Juan de la Torre Martín, de Cultivarte Agroambientales
Pero, antes, ¿qué es el vermicompostaje?
El vermicompostaje es la digestión de restos orgánicos a través de la cría de lombrices rojas. Las lombrices se alimentan de restos orgánicos que, tras su digestión, genera un material marrón oscuro casi negro con textura de barro. Esto es el humus de lombriz o vermicompost.
La protagonista es la lombriz roja de California
Aunque a primera vista todas las lombrices puedan ser muy parecidas, existen gran cantidad de especies en todo el mundo. Las lombrices que normalmente nos encontramos en el suelo del jardín o del huerto no son aptas para el vermicompost. Para esta tarea la especie que comúnmente se utiliza es Eisenia foetida, una especie presente en los suelos europeos en los que abunda la materia orgánica. De californianas tienen solo la denominación; fue un nombre comercial que alguien le dio cuando empezaron venderse. De hecho, en todo el mundo existen criaderos de estas lombrices con distintos objetivos.
Esta especie tiene la capacidad de comer restos orgánicos menos descompuestos y más variados. Además, son más voraces, llegando a comer cantidades diarias equivalentes a su peso. Es fácil encontrar en internet lugares de venta de estas lombrices.
QUÉ NECESITAS PARA EL VERMICOMPOSTAJE
Recipiente
Para que las lombrices vivan a gusto, es necesario mantener unas condiciones especiales que se asemejen lo más posible a sus condiciones naturales, es decir, a las de un suelo húmedo, fresco y, por supuesto, sin luz. Las lombrices respiran por la piel, por lo que un descenso de la humedad de la vermicompostera genera un elevado riesgo de muerte para las lombrices.
Además, necesitan una temperatura concreta. No pueden helarse, ni tampoco llegar a temperaturas muy elevadas. El rango de temperatura óptima ronda los 20 ºC. Aún así, aguantan desde los 4 hasta los 30 ºC. Por último, al ser organismos que viven bajo el suelo, son muy sensibles a la luz, por lo que el recipiente debe estar bien tapado.
Hay gran cantidad de posibilidades. Desde el amplio abanico presente en el mercado (de plástico, madera y hasta de barro) hasta las cajas de poliestireno de las fruterías y pescaderías con las que se pueden hacer fantásticas vermicomposteras caseras.
Ubicación
Una vez hemos elegido el recipiente, tenemos que pensar en el lugar donde ponerlo. Como hemos dicho, ni mucho calor ni mucho frío. Puede ser
en la terraza, pero protegido del sol. Si no tienes terraza, también puede estar en un rincón de la cocina o en un lugar apartado donde no te moleste. Por nuestra experiencia, si viven en el interior de la casa, las variaciones de temperatura son menores y se reproducen más rápido.
Qué comen
Se alimentan de restos orgánicos crudos. Si son ricos en azúcares, más les gusta y más comen. Las pieles de fruta y de verdura son ideales. También puedes darles hojas secas o que hayan enfermado, los posos del café y del té… y algo que se recomienda echarles de vez en cuando (lo único que no es de origen vegetal que echarás a las lombrices) es cáscara de huevo troceada. Y del mismo modo que el huevo, cuanto más troceados estén los restos de fruta y verdura, mejor. Por último, es importante evitar los cítricos y la piña, frutas que son muy ácidas y pueden generar problemas de pH en nuestro pequeño ecosistema.
CÓMO EMPEZAR
Ahora que tenemos el recipiente, el lugar, las lombrices y los restos orgánicos, tendremos que dar el paso para iniciar el proceso. Hay algunas cosas que tener en cuenta a la hora de comenzar con el vermicompostaje:
> Haz una cama de tierra o de fibra de coco (pero que esté húmeda) de uno o dos centímetros de grosor al fondo de la primera bandeja donde pondrás las lombrices. Esto hará que tengan un lugar donde estar y moverse hasta que empiece a haber humus.
> El primer grupo de lombrices será pequeño, ponlas en un lado de la bandeja y echa ahí los restos, no los repartas por todos lados. Así empezarán a hacerse su propio ecosistema que luego irá creciendo
> Como son pocas, no eches muchos restos de una vez. Podría no darles tiempo a consumirlo y empezar a pudrirse.
Una vez puesto en marcha, es posible que empiecen a aparecer diferentes organismos de tamaño diminuto. No te asustes, son animales comunes de los suelos que, al encontrarse un lugar idóneo para vivir, se asientan y comienzan a reproducirse, pero no salen de ahí. Entre estos animales que puedes encontrar en la vermicompostera junto a las lombrices están los colémbolos, ácaros, bichos bola… animales que ayudarán a las lombrices en este fantástico proceso de devolver a la vida lo que es suyo.
POSIBLES PROBLEMAS Y SUS SOLUCIONES
- OLORES: La vermicompostera no debería oler mal. Si huele es porque has echado demasiados restos de una vez y se están pudriendo en lugar de ser comidos por las lombrices. Remueve ligeramente, echa un poco de papel sin blanquear y sin tinta, hojas secas o paja y no eches restos frescos durante algún tiempo.
- MOSCAS: No debería tener moscas. A veces, por exceso de humedad y por ser muy accesible, aparecen moscas de la fruta. Tapa con un trapo, con hojas secas o con paja los restos que están a la vista para evitar que las moscas puedan acceder a ellos.
- HORMIGAS: Tampoco debería tener estos insectos. Si aparecen hormigas, puede ser un indicador de que le falta humedad. Echa un poco de agua de vez en cuando para mejorar las condiciones de las lombrices.
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