Tus plantas merecen lo mejor durante todo el año. Pero, en invierno, más porque necesitan protección especial para sobrevivir al exceso de agua, a la nieve y a los estragos que puede causar el viento. Te proponemos cuatro consejos que te ayudarán a conservar tu jardín en óptimas condiciones.
1 Recupera los abatidos por el viento
El viento ahora puede provocar que el follaje de muchos ejemplares se torne marrón, que se marchite o muera. Y además puede llegar a tirarlos al suelo, sobre todo los de tallos débiles y los recién plantados. Si te ha pasado algo de esto, levanta la planta con cuidado, elimina las ramas que hayan sufrido daños y aprieta bien la tierra alrededor con el pie. Aprovecha para colocar algún soporte o tutor.
2 Retira la nieve de las ramas
Conforma paisajes bellísimos, pero debes retirar la nieve de las plantas en cuanto la veas. Es su feroz enemigo, especialmente si se acumula en las plantas trepadoras y los arbustos rastreros. Hazte con un palo y sacude las ramas con suavidad y libera las que se encuentren aprisionadas. Repite la operación para que no se superpongan capas blancas.
3 Arbolitos bien sujetos
Fíjate qué espectaculares cítricos y qué bien lucirían en cualquier jardín o la terraza, ¿verdad? Pues para que las ráfagas de viento no echen a perder su bonita forma, doblando los tallos o incluso partiéndolos, no olvides dotarles de un tutor justo en el momento en que los plantes. Si utilizas especies que puedan guiarse, incorpora un enrejado especial para recipientes.
4 Tres productos básicos para usar ahora
a. Aunque aún veas hojas en tus árboles y arbustos caducos, aplica el primer tratamiento con aceite mineral invernal para controlar las plagas de primavera.
b. Añade a la regadera un buen fungicida contra hongos internos. De esta forma protegerás a tus ejemplares de royas, la fitoftora o la mancha negra.
c. Si cortas ramas, cubre la herida con pasta cicatrizante.
