Pulgón, cochinilla, araña roja… muchas plagas despiertan al son de la brotada de primavera. Pero no siempre es así, por lo que fíjate bien en cómo están tus plantas ahora. Además, como esta invierno tiene tintes primaverales, con el sol que está haciendo en gran parte del país, puede que algunas se adelanten. Dejar que las plagas campen a sus anchas en esta temporada, puede poner en peligro tus plantaciones. Conoce los trucos que a los expertos de EZSA no les fallan para tenerlos bajo control. Cada plaga tiene sus propios indicios y síntomas característicos, y también cada una afecta de una manera diferente a la planta a la que ataca. Toma nota de las señas de identidad de las plagas más comunes de nuestros jardines y cómo solucionarlas:
> Pulgón, devorador de brotes
Constituye una de las plagas más conocidas. Suele aparecer en rosales, hiedras o hibiscos, y afecta a las partes más tiernas de la planta. Tiene predilección por los brotes tiernos y los capullos de las plantas, de los que se alimenta, robándoles nutrientes y agua y dejándolas debilitadas si no se actúa a tiempo.
> Cochinilla, atrae hongos y bacterias
Tiene predilección por las plantas ornamentales, como orquídeas o cóleos, y por frutales como olivos o naranjos. Chupa y se alimenta de la savia de las plantas, debilitándolas al restarles nutrientes. Pero su principal problema reside en la melaza que segrega: caldo de cultivo de bacterias y hongos.
> Araña roja, peligro en interiores
Es en realidad un ácaro, y por tanto, casi imperceptible por su tamaño. Prefiere plantas de interior, provocando que las hojas se llenen de motas parduzcas, debilitándolas hasta que se secan y caen.
1. ¿POR QUÉ APARECEN LAS PLAGAS?
La aparición de plagas de insectos en las plantas individuales y en los jardines se da fundamentalmente por dos factores: la humedad y las altas temperaturas. En este sentido, un entorno húmedo y cálido es el hábitat ideal para muchos de los insectos que atacan a las plantas, que encuentran en él las condiciones ambientales perfectas para proliferar.
2. ¿HAY PLANTAS MÁS PROPENSAS A SUFRIRLAS?
Las plantas más vulnerables son los rosales, las hiedras, los hibiscos, los árboles frutales y las especies ornamentales. Todas ellas suelen estar frecuentadas por plagas habituales de los jardines, como pulgón, cochinilla y araña roja. Un factor a tener en cuenta es la presencia de césped. Este hábitat resulta atractivo, por ejemplo, para las larvas de escarabajos (gusano blanco), que se alimentan de las raíces de la hierba hasta marchitarla y destruirla. Para evitarlo, hay medidas preventivas que debemos poner en práctica: fertilizantes con potasio, recoger la hierba cortada, no regar en exceso para evitar charcos, evitar cortes rasos, etcétera.
3. ¿QUÉ PLANTAS RESISTEN MEJOR LAS PLAGAS?
Hay gran cantidad de plantas que no solo son resistentes a las plagas, sino que también tienen un efecto
de insecticida natural, como son las aromáticas. Por eso, a la hora de planificar un jardín, una buena estrategia es incluir estas especies. Por ejemplo, la caléndula nos ayuda a alejar a pulgones, chinches u orugas cortadoras; la menta atrapa a los mosquitos entre sus hojas y repele a las hormigas; la albahaca actúa contra moscas, polillas y arañas rojas gracias a las sustancias activas de sus hojas enterradas, y la ruda nos libra de escarabajos, moscas y polillas negras. Otras plantas que pueden proteger nuestro jardín son la salvia, el ajo, el romero y el tomillo, el anís, el cilantro y el perejil.
4. ¿QUÉ CUIDADOS PREVIENEN UNA INVASIÓN MASIVA?
Para prevenir que una colonia armónica de insectos se convierta en plaga dañina e incluso letal para las plantas ornamentales, la primera recomendación es elegir plantas y árboles autóctonos, que están adaptados al clima y son más resistentes ante las plagas. Además, son los preferidos por los pájaros, que actúan como depredadores naturales. También es esencial cuidar el suelo. Una buena actuación es sustituir los abonos químicos por naturales, que mejoran la salud de las plantas fortaleciéndolas. Es importante prestar una atención especial al agua de riego. Si contiene cal o cloro, podrá modificar la población de microorganismos del suelo que las plantas necesitan para mantenerse sanas. Por eso es recomendable aprovechar el agua de la lluvia para el riego. Mantener los espacios limpios, retirar las hojas secas y remover la tierra a menudo son prácticas que dificultan el que los insectos puedan hacer su refugio en nuestro jardín.
5. ¿CUÁNDO CONVIENE ACTUAR?
Hay que tener en cuenta que en un jardín, una terraza u otro espacio exterior verde conviven numerosos microorganismos que la propia naturaleza regula. El problema es cuando se rompe la armonía. En este sentido, el equilibrio entre plantas y plagas es muy delicado, ya que de la existencia de unas depende la supervivencia de otras, y no se puede erradicar ninguna especie sin que tenga consecuencias negativas para el entorno.
6 ¿HAY REMEDIOS CASEROS PARA LAS PLAGAS?
Algunos preparados caseros son eficaces contras las plagas del jardín. Por ejemplo, un remedio consiste en mezclar agua con jabón potásico
y pulverizar sobre los tallos más tiernos para eliminar insectos. También se pueden aprovechar las propiedades insecticidas del ajo, troceándolo y mezclándolo con alcohol, agua y jabón para pulverizar sobre las hojas. Y las infusiones de lavanda, manzanilla, ortiga o menta, aumentan su resistencia a las plagas.
7. ¿QUÉ PASA SI LAS PLAGAS SON GRAVES?
Si el mantenimiento preventivo, los remedios caseros y los fitosanitarios comerciales que has aplicado no son suficientes para contener una plaga debido a la magnitud de la infestación, siempre se puede acudir a una compañía especializada en sanidad ambiental y control de plagas, como EZSA, que realizará una inspección sobre el terreno, implementará el tratamiento más adecuado y hará un seguimiento posterior del mismo.
Estos bichos SÍ son buenos
Existen insectos que, a pesar de suponer un potencial problema o un riesgo para las plantas, resultan increíblemente beneficiosos para el entorno, incluso para las propias plantas. De ahí que habitualmente se utilicen como aliados en la agricultura y la jardinería. Estos son algunos ejemplos:
> Mariquitas. Son depredadoras naturales de pulgones, moscas blancas, arañas rojas y polillas, lo que supone un beneficio para las plantas a las que estos insectos podrían dañar gravemente.
> Escarabajos. Pueden ser muy útiles en la eliminación de otros insectos mucho más dañinos para las plantas, como el pulgón o la mosca blanca.
> Avispas. Las hay que son parasitoides: ponen sus huevos en insectos como moscas blancas y pulgones para que las larvas se acaben alimentando de ellos.
> Mantis religiosa. Muy conocido el carácter depredador de este insecto.
> Polinizadores. Son garantes de la biodiversidad y, por tanto, de la proliferación de plantas. Destacan las mariposas y las abejas.
Mariquitas Escarabajos Avispas Mantis religiosa Polinizadores
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