En un jardín resistente, sostenible, bien proyectado y aclimatado, contar con especies autóctonas, o perfectamente adaptadas, es esencial. Y cada vez lo va a ser más, por ahorro y solidaridad con el planeta. Este es el caso de la adelfa, mi estrella de este número, que confiere de inmediato una sensación de rusticidad y belleza a cualquier jardín, por ejemplo, al tuyo.
Por Pepe Plana
Fotos de Covadonga Gala e iStock
¿Cómo es la adelfa?
Las flores dobles de las adelfas, como las “Roseum Flore Pleno”, son como pequeñas rosas enormes y vistosos ramilletes que se
ven desde lejos. En realidad, la inmensa mayoría de adelfas en la naturaleza cuenta con flores simples, de cinco pétalos, pero los obtentores y viveristas ponen a tu disposición variedades increíbles con las que realizar verdaderas maravillas en tu jardín.
Las adelfas son tóxicas en todas sus partes, pero no se tiene noticias de accidentes al respecto. Sus flores cuentan con un aroma muy embriagador que llega a marear de forma sutil. La proximidad a un macizo grande de adelfas en flor no es aconsejable para los niños; ten eso en cuenta a la hora
de diseñar el área de juegos infantiles.
La adelfa elimina los ovarios fecundados (en silicuas), llenos de polvo irritante, tras la floración. No permitas que tus ejemplares pasen el otoño en este estado. Con un poco de paciencia y tiempo, algunas de tus adelfas pueden convertirse en maravillosos ejemplares arbóreos. Incluso es una especie apta como bonsái. Solo debes ir eliminando las ramas y brotes de la zona inferior de la planta para conseguir un tronco desnudo y lo más leñoso posible. El resultado: deliciosos parasoles que se inclinan bajo el peso de la abundante oración superior. Todo un espectáculo.
¿Se puede plantar en cualquier zona?
Los libros de botánica explican de manera repetitiva que la adelfa (Nerium oleander) no debe cultivarse por encima de los 600 metros sobre el nivel del mar porque puede helarse. ¿Por qué resisten las adelfas de Madrid, que está a 650,7 metros? Porque Madrid, con sus edificios, vehículos y gentes es una isla climática: siempre de 3 a 5 grados por encima del entorno. En todo caso, si plantas adelfas en todo el centro peninsular saldrán de cada invierno con las hojas quemadas y los terminales de las ramas secos. La solución es un terciado o corte del tercio superior a principios de primavera. En todo el litoral, sin embargo, este arbusto es el rey.
Nadie como él tan resistente y pegado al paisaje. Plantado en macizos, formando setos, componiendo macetones o como parte de una rocalla costera, siempre te dará el ciento por uno. Junto al mar, la adelfa se encuentra como pez en el agua. Qué duda cabe de que una planta que cubre un hábitat inhóspito en la naturaleza, como son los barrancos y las proximidades del mar, con toda la sequía, sol y salinidad que soporta, se comportará en el jardín como un titán.
Los viveristas y paisajistas han ido llenando las mesetas de nuestro país de adelfas, que son casi autóctonas también del centro peninsular. En todo caso, conviene recalcar que por encima de los 600 metros de altitud sobre el nivel del mar lo pasa mal en invierno.
¿Cómo la utilizo?
Pocas especies son tan adecuadas para decorar macetones a pleno sol. En terrazas, porches o en medio del jardín soporta muy bien los rigores climáticos. La única condición, teniendo en cuenta su fortísimo sistema radicular, es situarla sobre pavimento, nunca sobre la tierra, para que no “franquee” (saque raíces pivotantes por el agujero de drenaje). En ese caso, obturaría la salida del agua sobrante, acarreando el encharcamiento y muerte de los ejemplares.
SUS 5 CUIDADOS BÁSICOS
La plantación
Desde luego, si quieres plantar adelfas en sus zonas naturales (veranos calurosos e inviernos templados), puedes hacerlo en todo tiempo. Pero si deseas hacerlo en el centro peninsular, con inviernos fríos y cortantes, te aconsejamos que retrases la operación hasta primeros de la primavera.
La tierra
A excepción de los terrenos ácidos, la adelfa gusta del resto de suelos. En los arcillosos va mejor que en los arenosos. En los alcalinos, mejor que en los ácidos. En los moderadamente pobres, mejor que en los ricos y humíferos.
El emplazamiento
Aunque al sol-sombra también funciona bien, la adelfa es una planta de sol. Bajo sus rayos directos, la distancia entre hojas se acorta y las ramas presentan aspectos densos y sanos. En sombra, incluso en sombra tenue, tiende a ahilarse bastante y la oración es mucho más pobre.
El riego
No caigas en el error de considerar a la adelfa una especie que soporta la sed, prácticamente una xerófila, porque vegeta en la naturaleza, donde nadie la riega. Sus hábitats son frescos, con humedad cerca de superficie. En tu jardín, instala riego por goteo al pie de cada una de tus adelfas y vigila que no falte la humedad.
La multiplicación
Antes de que las hormonas de enraizamiento salieran al mercado –hace 30 años–, la viabilidad de esquejes en la adelfa era del 50%; hoy es del 75%. Corta un terminal de tu adelfa que no haya florecido y úntalo con polvos para esqueje duro. También puedes multiplicar tus adelfas mediante acodo de sus flexibles ramas inferiores.
Si quieres leer más sobre la favorita de Pepe Plana no te pierdas el número 287 de tu revista Mi Jardín. Para conseguirlo, llámanos al 916326251 o escríbenos a suscripciones@revistamijardin.es
